Paysandú, Domingo 05 de Abril de 2009
Policiales | 01 Abr Una investigación efectuada durante las últimas semanas por personal de la Brigada de Hurtos y Rapiñas de la Seccional Primera dejó al descubierto una maniobra de estafa perpetrada por dos empleados de una estación de servicio céntrica en perjuicio de los clientes. Ambos fueron detenidos en las últimas horas y posteriormente procesados por la Justicia Penal.
Según información extraoficial obtenida por EL TELEGRAFO, la investigación comenzó cuando un abogado se presentó ante la referida dependencia en representación de los propietarios de una estación de servicio ubicada en la zona céntrica de la ciudad. El profesional dijo poseer pruebas incriminatorias contra dos empleados, quienes –según explicó- efectuaban maniobras fraudulentas con el monto de las ventas con tarjeta de crédito.
Desde hace varios meses, a través de un artículo incluido en la Rendición de Cuentas, las estaciones de servicio de las ciudades de Salto, Paysandú y Fray Bentos otorgan un descuento del 28 por ciento en la compra de combustible con tarjeta de crédito. Esto generó un sensible aumento en las transacciones de esta naturaleza, aunque el descuento se efectiviza cuando el usuario abona las compras del mes. Según el denunciante, la maniobra era perpetrada por un hombre de confianza de la empresa, asignado a la caja, y uno de los pisteros. El procedimiento era sencillo: cuando el cliente efectuaba una compra con tarjeta, el pistero se acercaba hasta la caja y le “cantaba” el monto a su compañero.
Entonces, aprovechando que generalmente los usuarios no controlan la factura, el cajero cargaba un monto mayor a la tarjeta y luego, cuando efectuaba el correspondiente arqueo de caja, sustraía la diferencia y la dividía en partes iguales con su cómplice.
Sin embargo, al recibir el resumen mensual, un cliente notó la diferencia y reclamó ante la financiera y posteriormente ésta transmitió la inquietud a los responsables de la estación de servicio. A través del sistema de control electrónico de los surtidores, los propietarios del negocio comprobaron que efectivamente la transacción era de menor valor a la facturada por el empleado.
Interviene la Policía
Convencidos de estar ante una maniobra de estafa, el personal de Hurtos y Rapiñas de la Primera incrementó las tareas de control y vigilancia en el negocio, ya que meses atrás en ese lugar también habían hurtado un tacho de aceite para motores. Finalmente, tras reunir suficiente evidencia, indagaron a todos los trabajadores que se desempeñan en la zona de surtidores hasta que uno de ellos, de 19 años e iniciales E.R.C.T, confesó la autoría del ilícito e involucró a uno de los cajeros, un hombre de 28 años e iniciales C.D.G.V, de plena confianza de los titulares de la empresa.
El cajero también fue emplazado y al igual que su cómplice, brindó detalles de la maniobra. Luego de oír las declaraciones, la Justicia dispuso el procesamiento sin prisión de E.R.C.T y C.D.G.V por un delito continuado de estafa.
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