Policiales | 03 Abr Personal de la Seccional Segunda de Policía aclaró en las últimas horas el hurto de valiosas herramientas desde un galpón de la empresa Azucarlito. Un sujeto de 18 años poseedor de antecedentes penales y un adolescente de 17 años fueron sindicados como autores del ilícito, en tanto un pariente del menor fue quien adquirió las herramientas hurtadas.
Según información extraoficial obtenida por EL TELEGRAFO, el martes, próximo a las 2, desconocidos se introdujeron en un galpón de la referida empresa, un recinto de aproximadamente 500 metros cuadrados y recientemente dotado de valiosas herramientas y equipos de tornería. Esa mañana, cuando los encargados del taller regresaron para iniciar sus tareas, constataron que intrusos habían dañado una ventana orientada hacia el oeste y numerosas herramientas permanecían esparcidas por todo el recinto. Asimismo, los casilleros utilizados por los empleados para guardar sus pertenencias habían sido violentados, faltaba una garrafa, varias llaves de diferente tamaño y modelo, así como una amoladora “Bosch”, todo valuado en unos 13.000 pesos.
Los efectivos de la referida seccional efectuaron las primeras averiguaciones, pero esa misma tarde, próximo a las 16, un guardia de seguridad de la empresa damnificada se comunicó nuevamente con la Policía porque un desconocido acababa de escalar uno de los muros ubicados sobre Luis Batlle Berres. Un móvil de la Seccional Segunda que patrullaba la zona respondió rápidamente al llamado y poco después, en colaboración con personal de Hurtos y Rapiñas, los efectivos detuvieron a Franco Logiurato, de 18 años (alias “El Nico”), poseedor de varios antecedentes penales y recientemente procesado sin prisión por el hurto de bolsas de portland. El detenido negó estar involucrado en un ilícito, pero sus manos exhibían heridas aparentemente provocadas por alambre de púas. La Policía se trasladó al sitio en donde supuestamente había escalado el muro y allí, además de constatar la presencia del referido elemento de seguridad, encontró una bolsa en cuyo interior se encontraban dos llaves francesas y dos amoladoras.
Avanza la investigación
En la comisaría el detenido siguió negando su vinculación con el robo, pero nuevas averiguaciones reforzaron la hipótesis de que un menor de edad también estaría involucrado en el ilícito.
Con una orden de allanamiento expedida por la Justicia, los efectivos policiales se trasladaron a una finca ubicada en el barrio “La Cubetera” y allí retuvieron a un adolescente de 17 años. Asimismo, desde la habitación de su tío –debajo de la cama- recuperaron una caja con gran cantidad de herramientas que más tarde serían reconocidas por los responsables del galpón de Azucarlito.
Indagado al respecto, el pariente del menor dijo haber comprado las herramientas a su sobrino por 200 pesos, aunque aclaró que solo le pagó la mitad.
Mientras el menor y su pariente permanecían retenidos, los efectivos allanaron otra vivienda de “La Cubetera”, en este caso perteneciente a un empleado de la empresa damnificada, pero no encontraron las herramientas que buscaban. No obstante, encontraron otras que el propietario de la finca dijo habérselas comprado a muy bajo precio a un desconocido con acento montevideano. Más tarde se practicó un nuevo allanamiento, en esta ocasión en las instalaciones de un club deportivo. Allí, en presencia del encargado, se examinó una garrafa de trece kilos que había sido recientemente repintada, pero fue imposible determinar si se trataba de la hurtada desde el taller. De todas formas se incautó la garrafa y se detuvo al encargado.
Todos los involucrados comparecieron en las últimas horas ante la Justicia, en cuya órbita se dispuso el procesamiento con prisión de Franco Logiurato por dos delitos de hurto especialmente agravado, uno en calidad de coautor y el restante en grado de tentativa. El tío del menor retenido resultó procesado sin prisión por el delito de receptación, en tanto su sobrino fue entregado a sus responsables. El otro detenido fue puesto en libertad.