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Paysandú, Miércoles 08 de Abril de 2009

JUAN GOROSTERRAZÚ RIVERO

Enfermero por vocación

Locales | 03 Abr Una carrera profesional puede ser el resultado de un accidente del destino, una actitud vocacional o porque en nuestra familia ya existen ejemplos a imitar. Este es el caso de un joven del que se podría decir que su destino parecía estar resuelto desde mucho tiempo antes de nacer. Su abuela trabajó como enfermera, su madre también y como dice el dicho de que no hay dos sin tres, Juan, completó la trilogía. Su vida estuvo circunscripta a los hospitales y no precisamente por problemas de salud.
Juan Gorosterrazú (31), estudió la licenciatura en enfermería en Montevideo y Salto. Practicó el internado en el hospital de Guichón y años más tarde la segunda ciudad del departamento le tenía reservada una grata sorpresa: el cargo de director del nosocomio local.
Según Gorosterrazú, eligió la carrera de enfermería porque le permite – a diferencia de los médicos – estar en contacto más directo con el paciente.
“Es como un soldado que está en la trinchera de combate expuesto permanentemente. Además, estás más tiempo dedicado a la actividad”, dijo.
El joven enfermero relató que su abuela – Elsa Venencia – “comenzó su actividad como enfermera por el año 1966, en tiempos que en Paysandú el sector privado llevaba por nombre Cooperativa Médica de Paysandú, empresa que en sus inicios estaba destinada a atender a los más necesitados”. Su madre – Nancy Rivero –  siguió los pasos de su abuela y por el año 1976 comenzó con la actividad en el área de enfermería.
Juan nació en 1978 y según  comentó, su madre lo llevaba “desde muy pequeño a la policlínica de AFE, ubicada en Cerrito y Larrañaga, pues ella trabajaba en ese lugar”.
Posteriormente, en la escuela Juan fue integrante de grupos de Cruz Roja en quinto y sexto año. Allí efectuaban tareas comunitarias, como la de ayudar en campañas al Hogar de Ancianos.
“Yo sabía que mi destino iba a estar marcado por temas relacionados con la salud. Una vez finalizada la primaria y en tiempos de liceo no había un ámbito definido, pero la profesora de Biología Hilda Clara de Ronca y el profesor doctor Pablo Suárez incidieron positivamente en mi carrera”, subrayó.
El tiempo de estudio fue de seis largos años, cursando por el año 1998 primer año en Montevideo y el resto en Salto, con un internado en la policlínica Municipales II de Paysandú.
Se recibió en el año 2004 y fue docente en la Escuela Matriz de Enfermería de Paysandú. En 2005 lo convocaron para hacer un trabajo de un diagnóstico de situación y alternativas a los problemas en el Hospital de Guichón. Su objetivo siempre fue  trabajar en un Centro de Tratamientos Intensivos (CTI), “porque es un lugar  que exige y te lleva a un estado permanente de superación”, reflexionó.
Sobre su presente en el cargo de director del Hospital de Guichón, Juan puntualizó que se trata de un enorme desafío. Advirtió que “en las pequeñas comunidades del interior departamental ciertas tareas se humanizan mucho más que en la gran urbe”. Se encuentra absolutamente convencido de haber elegido esta disciplina, porque le importa la salud de la gente. “Se trata de poner lo mejor que tenemos desde nuestro lugar a un perfecto desconocido”, indica.
Se presentó al cargo del departamento de enfermería del Hospital Escuela del Litoral en 2006, y anteriormente estudió la especialización en gestión. Cierto día se enteró que en el Hospital de la ciudad de Young  había un licenciado en enfermería a cargo de la dirección, en la persona de Juan Pablo Apollonia, y se marcó una nueva meta, el poder llegar a ser director de un Hospital. Su madre lo estimuló y le dijo que si seguía estudiando lo iba a lograr. Así fue que trabajó muy duro, de domingos a jueves casi todo el  día, y estudiaba los viernes y sábados.
Pero su vida también tuvo una estrecha relación con la actividad deportiva, pues jugó al básquetbol, al fútbol, practicó remo y llegó a vestir la camiseta de la selección nacional en vóley. Confiesa que el día que se puso la camiseta de la selección uruguaya sintió un especial orgullo y comprendió que “con entrega, trabajo y dedicación todo se puede lograr en la vida”.


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