Opinion | 05 Abr Al inicio de un fin de semana de ajetreo, se produjo en Ruta 3 el primer accidente carretero de esta Semana de Turismo, aunque felizmente no hubo que lamentar víctimas fatales. El siniestro ocurrió cuando un automóvil que fue a rebasar a otro en un repecho chocó de frente con un vehículo que venía por la senda contraria.
Se trata de una maniobra totalmente imprudente y riesgosa que más de una vez ha provocado la muerte a quien la realiza pero en otras también a quienes vienen circulando adecuadamente por la ruta y de pronto se encuentran con que otro vehículo ingresa a su senda de circulación y literalmente se les viene encima en sentido contrario.
En estos días, el incremento del tránsito en las rutas multiplica los riesgos y es por eso que debemos ser conductores responsables en salvaguarda de nuestra propia seguridad y la ajena. Hay cosas básicas que se suponen conocidas por todos, tales como circular por la derecha, utilizar la senda izquierda sólo para adelantar pero jamás hacerlo en lugares prohibidos o que impliquen riesgos. Sin embargo, una y otra vez vemos como la imprudencia --más que la impericia-- es responsable de situaciones nunca deseadas.
Imprudencia significa no respetar las normas existentes --adelantarse donde no se debe, excederse en la velocidad, no usar cinturón de seguridad--; impericia es verse excedido en la capacidad propia para controlar el vehículo. En ambos casos, se trata de conductas prevenibles y evitables. Y sin embargo, si sumamos cada verano, feriado y vacaciones debemos lamentar la pérdida de decenas de vidas jóvenes, familias destrozadas y secuelas físicas.
Así que no está de más recordar otra vez que manejar un vehículo es cosa seria. Las estadísticas marcan que el número de accidentes violentos en las rutas crece en tiempos de vacaciones pero se agudiza al entrar en los fines de semana largos. Es por eso que cobra especial importancia en estos días poner acento en las precauciones y acciones de los conductores para evitar accidentes, siempre tan lamentables.