Paysandú, Domingo 12 de Abril de 2009
Locales | 12 Abr (Por Enrique Julio Sánchez, desde Estados Unidos).
La semana que acaba de terminar, un par de delincuentes robaron a dos guardias sin custodia armada 485.000 pesos (unos 20.000 dólares), destinados al pago de la nómina de Alcoholes del Uruguay (ALUR), en Bella Unión.
En todas partes del mundo los ladrones quieren apropiarse de dinero ajeno, y obviamente Estados Unidos no es una excepción. Todos los días los medios de prensa informan sobre hurtos a entidades bancarias o a comercios, especialmente aquellos abiertos toda la noche.
Pero ciertamente resulta difícil imaginar que alguien pueda robar la nómina de una empresa. Simplemente porque pagar con dinero en efectivo es algo que solamente se usa con los inmigrantes indocumentados, como forma de evadir el pago de impuestos por los empresarios.
Esto permite reflexionar sobre el uso del comercio electrónico en uno y otro lado del planeta. Estados Unidos, como otros países, está fuertemente ligado al comercio electrónico, lo que ciertamente provee grandes facilidades, tanto a los consumidores como a los comerciantes.
En primer lugar, es una nación "bancarizada". Esto es, la mayoría de sus habitantes tienen una cuenta corriente bancaria y al menos una tarjeta de débito con la que controlar electrónicamente los fondos depositados en ella.
También hay una enorme cantidad de tarjetas de crédito, pero debido a la recesión muchos han tenido problemas para mantenerlas pues no han podido hacer los pagos correspondientes y por otro lado, las empresas están reduciendo el monto máximo de crédito.
Pero eso no impide el comercio electrónico. Por ejemplo, raramente una entidad bancaria tiene las dimensiones que en Uruguay (por ejemplo el República en 18 de Julio y Montevideo). Por el contrario, son pequeñas, con importantes estacionamientos y facilidades para operaciones bancarias desde los automóviles.
Es que no es necesario concurrir asiduamente al banco, pues los fondos pueden administrarse tanto por Internet como en los cajeros automáticos, capacitados para recibir depósitos en dinero en efectivo y cheques, hacer retiros y transferencias, entre otras operaciones. Muchos salarios se depositan directamente en las cuentas bancarias de los trabajadores y los demás reciben cheques, excepto el caso ya comentado de los indocumentados.
En el caso personal, por ejemplo, efectúo las operaciones bancarias en plena madrugada, antes de comenzar el reparto de diarios, en un cajero automático del banco donde tengo mi cuenta. En un par de minutos, de manera sencilla, puedo hacer depósitos, retiros o transferencias.
Pero ni siquiera es necesario concurrir a un cajero automático para beneficiarse del comercio electrónico. La mayoría de las transacciones comerciales comunes son electrónicas, mediante tarjetas de débito o crédito.
En Uruguay el comercio electrónico sigue siendo algo distante del usuario cotidiano, el que usa las tarjetas de crédito precisamente como eso, como una manera de obtener de forma rápida un crédito que le permita tener "ahora" los bienes y servicios y pagar "mas adelante".
En Estados Unidos, por otro lado, todos los grandes supermercados no solamente tienen a disposición del cliente cajas operadas por cajeros, sino que ofrecen también las de auto servicio, un ejemplo avanzado de comercio electrónico donde el cliente hace por si mismo la operación de pago, ante un scanner electrónico y luego pagando como le apetezca, en efectivo o con "plástico".
El comercio electrónico es parte de la vida cotidiana de manera indisoluble en Estados Unidos, de la misma manera que el uso de Internet para administrar cuentas bancarias y también para realizar compras y ventas. El que Uruguay esté todavía lejos de esta "otra" realidad no quiere decir que sea un país atrasado sino que simplemente deja en claro que incluso para el comercio electrónico el mercado es pequeño, sin los consumidores suficientes para financiar la red de seguridad que es la base del sistema.
Esto hace que aún sea práctica común el traslado de dinero en efectivo sin mucha seguridad y, especialmente, el pago de salarios con papel moneda. Esto también es una "atracción" para los amigos de lo ajeno. Hay mucho por hacer y seguramente Uruguay lo hará. A su propio ritmo.
Bien diferente al resto del mundo.
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