Paysandú, Lunes 20 de Abril de 2009
Locales | 17 Abr Tras recorrer unos tres kilómetros por Ruta 25 hacia el sur – desde el empalme ubicado en el kilómetro 70,500 de la Ruta 90 – arribamos a Algorta, departamento de Río Negro.
La primera impresión que nos llevamos es la de un pueblo tranquilo y prolijo. Sus calles no hace mucho tiempo fueron sometidas a mantenimiento con tratamiento bituminoso y el coqueto nomenclátor es una guía perfecta para el visitante.
En el marco de nuestro recorrido, visitamos un centro educativo, referente ineludible para quien desea saber un poco más sobre la comunidad. Allí, pudimos interiorizarnos de ciertos aspectos sociales y culturales que definen a los habitantes del lugar. La Escuela 23 cumplió 50 años el 4 de abril, aunque las docentes consultadas aseguraron que no hay fecha exacta de su origen, presumiéndose que en realidad tiene más de cien años.
Primero funcionó en la zona del llamado barrio Bella Vista y era privada, posteriormente se trasladó a un local propiedad del señor Marcos Roche en el que se dictaban clases exclusivamente para varones, y luego pasó a un local de la familia Fraga, a metros de la estación de trenes. Finalmente, en 1959, Primaria compró la manzana donde actualmente funciona el centro escolar. Por eso se tomó como fecha referente el día que se mudaron al nuevo edificio, en el que funciona actualmente.
El establecimiento atiende a 144 alumnos en primaria y unos 35 estudiantes en séptimo, octavo y noveno de liceo rural. Su primera directora fue Juana Goyeneche de Pomar, oriunda de la ciudad de Paysandú.
Según pudo saber EL TELEGRAFO, en Algorta hay unos 1.300 habitantes, pero es una población que fluctúa mucho de acuerdo a la demanda de mano de obra existente en la zona. El crecimiento de la forestación en los últimos años ha generado la instalación del complejo “El Aguila”, de capitales brasileños y el ya existente aserradero Algorta, que mantienen casi a cero el índice de desocupación.
El pueblo cuenta con dos complejos Mevir (Movimiento de Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural) y se proyecta a la brevedad un nuevo programa. Su casco urbano cuenta con televisión codificada y hace un año que funciona una radio comunitaria de frecuencia modulada; en tanto por estos días se está instalando el cableado de fibra óptica. También funciona una policlínica, que el año pasado recibió una ambulancia como donación de la embajada de Japón en nuestro país.
Sus habitantes se trasladan hacia el sur a través de dos frecuencias diarias atendidas por Agencia Central, mientras que hacia Paysandú ciudad y a Guichón, Alonso presta cuatro servicios diarios.
La monotonía del pueblo es sacudida un par de veces al día cuando cruzan los trenes cargados con rolos de madera hacia la planta procesadora de pasta de celulosa de la empresa Botnia en Fray Bentos.
Algorta se formó en tiempos de la toma de Paysandú ciudad. El nombre del centro poblado obedece a que el predio para que se construyera la estación de ferrocarril Midland, que se libró al servicio público en 1890, fue donado por Carlos Algorta.
Posteriormente, en 1903 fue inaugurada la línea Paysandú – Paso de los Toros, y en 1907 se construyó el ramal de Algorta a Fray Bentos. De los pobladores originarios se recuerda a Sebastián Piñeiro Farinha, el italiano Aquiles Tonarelli –que fundó su comercio en 1888 – , Beloqui, Zanoniani y Heguito.
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