Paysandú, Martes 21 de Abril de 2009
Opinion | 19 Abr El reciente derrame de un agroquímico en las inmediaciones de Guichón, que hasta la fecha mató a 64 terneros y 2 vacas de un “hotel de terneros” existente en campos de la Liga del Trabajo llama una vez más la atención sobre el uso de este tipo de productos de tan extendido uso pero sobre los cuales se desconoce la magnitud de su impacto contaminante en ecosistemas y sobre la salud humana.
A partir de 1960 comenzó a crecer la aplicación de fertilizantes en el Uruguay y actualmente el mercado de agroquímicos ha experimentado un fuerte incremento en consonancia con el empuje del sector agrícola. A modo de ejemplo, en 2007 manejó valores por U$S 120 millones, cifra que en el ejercicio 2008 debió crecer sensiblemente.
Uruguay cuenta con normativa vinculada a los agroquímicos. Sin embargo, eventuales accidentes en su manejo pueden traer graves consecuencias, como bien lo ejemplifica lo ocurrido en Guichón, donde además de los terneros y vacas, el vertimiento indiscriminado de endosulfán --un insecticida organoclorado persistente-- arrasó con el ecosistema de la zona, matando a peces de una cañada, aves, pequeños reptiles, etcétera.
Los productos químicos persistentes pueden matar personas, producir daños en el sistema nervioso e inmunológico, provocar cáncer, desórdenes reproductivos y perturbar el desarrollo normal de los lactantes y niños. Si bien el nivel de riesgo varía de un contaminante a otro, estos comparten cuatro características: son altamente tóxicos; son estables y persistentes y tienen una duración de años, incluso de décadas, antes de degradarse en formas menos peligrosas; se evaporan y se desplazan largas distancias a través del aire y el agua, y se acumulan en el tejido adiposo de los seres humanos y las especies silvestres.
Si bien hay soluciones de sustitución a los contaminantes orgánicos persistentes, sus costos son altos y no hay conciencia del problema.
Lo ocurrido en Guichón muestra una vez más que contar con normativa no es garantía si fallan los controles de manejo, porque tampoco la aplicación de sanciones sirve para reparar el daño cuando ya está hecho. Y por otra parte, ¿cuántas de estas situaciones al generar menor impacto masivo u ocurrir en lugares más alejados de las poblaciones pasan desapercibidas?
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