Paysandú, Martes 21 de Abril de 2009
Rurales | 20 Abr “Una vez pasó y me aguanté y no denuncié, pero a la segunda le pedí que no se acercara con el ‘mosquito’ a la vertiente”. Estas fueron las primeras palabras de Luis María Nochetti, un productor de la Cuchilla de Haedo, a sólo 4 kilómetros de la ciudad de Guichón, que hace unas semanas vio cómo morían sus vacas a causa del goteo del tanque de herbicida de un equipo fumigador que trabaja en un cultivo de girasol, y que sacaba agua de un tajamar ubicado en su campo.
Nochetti no resistió más y llamó a la redacción de EL TELEGRAFO. Después de enterarse lo acontecido en campos de la Liga del Trabajo de Guichón, con el derrame accidental de endosulfán sobre la pista de aterrizaje y otra zona del predio causando la muerte de más de 60 terneros, refirió a su experiencia personal de semanas atrás y la determinación que tuvo que tomar, precisamente en la semana del hecho en la Liga.
Realmente molesto y sin poder ocultar su indignación, el productor relató que “hace un tiempo atrás en un campo vecino donde hay una plantación de girasol, el conductor de un ‘mosquito’ --fumigador autopropulsado de grandes dimensiones--, se arrimó a un tajamar ubicado en mi campo y en su tarea de juntar agua para el tanque que contiene el químico que se utiliza para fumigar, dejó caer un producto herbicida que me mató seis vacas, liquidó 46 colmenas y hasta pájaros y mulitas murieron”. Aclaró que “le echamos la culpa al herbicida aunque no tenemos la forma de justificarlo”.
El jueves 9 “veo nuevamente al mismo equipo de fumigación volcando un producto dentro de la vertiente. Tuve que hablar con el hombre y le dije que tenía que parar porque me quedan 130 vacas en mi predio, las cuales sobreviven a pleno sacrificio y no me voy a arriesgar a perderlas”.
Explica que “como el muchacho no estaba muy convencido de parar, tuvo que intervenir la policía para que haga algo. Aunque la gente de la seccional 12ª llegó a última hora, lograron que se detuviera”. Mientras tanto, el productor debió sacar su ganado de ese potrero, previniendo otro desastre.
Al recordar lo acontecido explica: “diga que fui a recorrer porque si no no me daba cuenta, pero vaya a saber cuantas veces anteriormente el conductor del ‘mosquito’ realizó la misma tarea”, sostiene un apesadumbrado productor que hasta pensó recurrir a métodos más fuertes para intentar evitar un desastre mayor en su rodeo. Sucede que cuando ocurrió el hecho la semana anterior, “llamé a la Policía, a la Intendencia, y todos se sacaron el lazo. Después sobre las 17 aparecieron los policías y lograron convencer a la gente para que no sacaran más agua del tajamar y estos se retiraron del lugar”.
Al considerar que la situación no sería fácil, Nochetti logró contactarse con los Servicios Agrícolas del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Desde esta repartición de la secretaría de Estado, llegaron dos técnicos –los mismos que este jueves recogieron material a examinar del suelo de la Liga del Trabajo de Guichón--, y “sacaron muestras que las van a analizar en estos días”. Nochetti recuerda que en esa zona en muchos años los desastres ecológicos no existían, pero a partir del avance de la agricultura y la utilización de herbicidas para combatir los aspectos sanitarios, sumado este año a la sequía, “la situación empezó a cambiar y hoy los animales se mueren por este tipo de cosas”.
Colmenas
Uno de los aspectos que le llamó la atención, pero que además lo tiene muy preocupado, es que “se liquidaron las 46 colmenas que estaban en mi campo”.
Indicó que hace un tiempo, le aconsejó a un amigo que instalara colmenas en su establecimiento. “Ahora los productos químicos que se utilizan exterminaron lo poco que le quedaba a este hombre”, sostiene este productor de la zona de Guichón.
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