Opinion | 18 Abr Con justificada indignación, buena parte de la población sanducera ha cuestionado la actitud de los organizadores de la Semana de la Cerveza, apuntando a la Intendencia Departamental y también a la empresa adjudicataria privada, por supuesto, por no haber difundido con la amplitud y frecuencia del caso que los visitantes sanduceros al predio ferial --incluyendo un cartel en boleterías-- que presentaran su cédula de identidad, tenían derecho a un descuento de diez pesos en la entrada, de la misma forma que los menores de 8 años y los mayores de 70 estaban exentos del pago.
Naturalmente, no puede haber otra explicación más que un interés recaudatorio, desde que si el público no está enterado de la medida, que suponemos se inscribe en una concesión especial a quien se supone es la dueña de la semana, es decir la población de Paysandú, no ha estado por lo tanto en condiciones de reclamar por este descuento, que puede parecer poco si lo establecemos individualmente, pero que en miles de entradas significa una suma considerable.
Ha quedado muy atrás entonces el tiempo de la entrada gratis al predio y ni siquiera de retornar con contraseña después de haber pagado, pero no es menos cierto que existe una creencia en los uruguayos y sobre todo entre los sanduceros de que es posible ofrecer eventos gratis, del tipo que sea, sin asumir que de algún lado tiene que salir el dinero.
Y los empresarios que vienen a poner dinero y arriesgar capital para montar la semana, ante la concesión a privados por la Intendencia, naturalmente apuntan a obtener rentabilidad y minimizar riesgos, por la vía de asegurarse ingresos que esta vez fueron favorecidos por una seguidilla de días de buen tiempo, pero que podrían ser seriamente afectados en caso de una semana lluviosa, como ha ocurrido. Pero la gran omisión la debemos buscar por el lado de la Intendencia, que es la que concesiona, desde que si en el acuerdo ente las partes se habían establecido estos descuentos para favorecer a los sanduceros, debió ocuparse de que los asistentes al predio ferial estuvieran plenamente informados de que podían acceder a este beneficio y de qué forma, porque si no quedará flotando en el ambiente, como efectivamente ha ocurrido, que quienes debían defender sus intereses no lo han hecho, y que fueron engañados en su buena fe, con la Intendencia como cómplice, aunque no fuera esa su intención.