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Rurales | 25 Abr El trabajo presentado por la Asociación Rural del Uruguay (ARU), en el que se estima que la sequía que atravesó el país de octubre de 2008 a febrero de 2009 implicó la pérdida de unos U$S 868 millones en el sector primario y la desaparición de unos 12.800 puestos de trabajo Los ingenieros Juan Peyrou y Julio Preve Folle hicieron un cálculo estimativo de los daños provocados por la sequía. Y las pérdidas en el sector pecuario bovino encabezaron la caída, con U$S 448.900.000, equivalentes a 490 toneladas de carne.
Estiman que este año habrá unos 573.000 terneros menos, lo que afectará sensiblemente las exportaciones futuras. La pérdida por concepto de praderas implantadas que no prosperaron alcanzaron los U$S 73.700.000. Las estimaciones de los técnicos de la ARU marcan con énfasis que se perderán unos U$S 680 millones en futuras exportaciones, dado que se paralizó el ciclo biológico para alcanzar los pesos necesarios a fin de colocar la producción en los mercados internacionales.
El sector lechero perdió U$S 92.200.000 de acuerdo a las cifras que maneja Conaprole, sin tener en cuenta el gasto en forraje. La agricultura, unos U$S 125.500.000. Para alcanzar ese dato tomaron en cuenta el área no sembrada, porque no había humedad suficiente en los suelos en el momento preciso. Esto determinó que los productores no iniciaran la siembra con el laboreo de tierras, finalizado en muchos casos. Por otro lado, también analizaron las caídas en los rendimientos de los cultivos, que resultaron las más importantes. El más afectado fue el de la soja, con pérdidas superiores a los U$S 70.000.000, seguido por la citricultura con U$S 30.000.000. Curiosamente el sector arrocero se vio beneficiado por la sequía, ya que las horas de sol fueron las adecuadas para hacer los laboreos y cultivos.
Empleo
Con respecto a las cifras de empleo, el ingeniero Peyrou aclaró que la estimación se basa en la matriz insumo/producto, que determina el Banco Central, con lo que se calcula el PBI entre otros indicadores. En este caso tomaron el indicador que explica la reducción de la economía como consecuencia de la sequía, en el entorno de 1,5%, que expresado en masa salarial serían unos U$S 76.000.000.
La ARU dividió ese indicador por salarios promedio de U$S 6.000 anuales, lo que arroja una cantidad de 12.800 empleos perdidos.
conservador
Los técnicos insistieron en que esas cifras tienen un carácter conservador y para realizar el informe no se tuvo en cuenta la mortandad de animales, ya que el dato final se conocerá en la próxima primavera; igualmente, suponen que ese no es el mayor problema, dado que las pérdidas mayores son por otras razones.
En términos históricos, las mortandades más importantes son las que se producen durante los meses de invierno. Tampoco tuvieron en cuenta los intereses pagados por incumplimientos crediticios y las estrategias de mitigación del fenómeno, como alumbramiento de aguas y transporte de ganado a otros potreros.
Los técnicos de la ARU manejan que si los registros pluviométricos de los meses finales de 2008 y comienzos de 2009 hubiesen sido similares a los de los registros históricos, el PBI uruguayo habría crecido 1,5 puntos más y que por el mismo motivo no van a circular unos U$S 1.220 millones.
El presidente de la ARU, Manuel Lussich, insistió en que estas cifras tienen en cuenta lo perdido hasta fines del mes de febrero y que en las últimas semanas el problema se “recrudeció” en algunas zonas del norte del país. Prometió una evaluación final con más elementos para el mes de noviembre, cuando el fenómeno climático se haya disipado.