Historia: 1881

Locales | 20 Abr Varios incidentes se produjeron en los primeros días de la presencia en Paysandú de los sacerdotes salesianos a comienzos de 1881. En su obra “Monseñor Luis Lasagna”, el presbítero Pablo Albera traza una biografía del destacado sacerdote. En el Capítulo XXI de dicha obra relata: “Una nueva parroquia. –Paysandú. – Dispuestos a cualquier sacrificio por las almas.- Corazón de Madre.- A bordo del Cosmos.- Voces siniestras.- Primeras victorias de la actividad salesiana.- Tumulto y gritos sediciosos.- Un verdadero amigo.- Después de la tempestad, la calma”.
“Don Lasagna y los Hermanos del Colegio Pío habían suspirado mucho por el personal que Don Bosco les tenía prometido; mas apenas llegó este socorro, lejos de verse aliviados de trabajo, se hallaron más abrumados de él por haber tenido que aceptar la Parroquia de Paysandú, que al Ilmo. Sr. Vera le plugo confiarles. Don Lasagna en una larga carta nos dice cómo tomaron posesión de ella, y nosotros en la narración del hecho nos valdremos en general de sus mismas palabras”.
“Paysandú es una de las ciudades más antiguas de la república: está sentada en la margen izquierda del gran río Uruguay, en el que tiene un bellísimo puerto comercial a donde llegan los barcos y los buques de vapor que manda Europa en busca de lanas, cueros, salazones y otros géneros del país: después del de Montevideo todos están contestes en afirmar que es el puerto más frecuentado y próspero de la República Oriental”.
“Mas en el año 1881 no se podían tributar iguales encomios a las condiciones morales y religiosas de la ciudad y de la campaña circunvecina. ¿Y cómo había de ser de otra manera? Para un departamento de 25.000 habitantes no existía más que una parroquia y una sola iglesia: además el párroco había tenido que alejarse, y el rebaño yacía en el estado más deplorable. Jamás había pisado allí una congregación religiosa que abriera escuela o asilos de beneficencia. Todas las escuelas de varones y de niñas estaban en manos de gente que profesaba en la enseñanza el materialismo más desembozado. Así es que la corrupción e inmoralidad rebozaban por todas partes”.