Policiales | 25 Abr Una joven de 23 años vendió su moto pero luego la denunció como hurtada para evitar que el birrodado siguiese acumulando infracciones de tránsito a su nombre.
Según información extraoficial obtenida por EL TELEGRAFO, hace aproximadamente un mes, una joven se presentó en la División Hurtos y Rapiñas de la Seccional Primera para denunciar el hurto desde la vereda de su casa de una moto Yumbo PX 110.
Los efectivos comenzaron las investigaciones pero en primera instancia no lograron dar con la moto. Sin embargo, recientemente, personal de la referida dependencia que patrullaba la zona céntrica avistó a un joven que se desplazaba por las inmediaciones de Leandro Gómez y Bulevar Artigas, a bordo de una moto similar a la denunciada.
El motociclista –de 19 años-- exhibió la libreta de propiedad y luego en la comisaría dijo a quien le había comprado la moto. La investigación avanzó y los efectivos comprobaron que en un corto lapso el birrodado había pasado por al menos cuatro propietarios, pero grande fue su sorpresa al comprobar que quien lo había vendido en primera instancia era nada menos que la denunciante.
En la comisaría la joven admitió habérsela vendido a un conocido en 4.000 pesos, sin suscribir documentos de compraventa. Agregó que a partir de ese momento, a raíz de que nunca se efectuó la transferencia, comenzaron a aparecer multas a su nombre en la Intendencia Municipal. En primer término, para regularizar la situación, pagó las infracciones, pero como seguían acumulándose boletas a su nombre optó por denunciarla como hurtada y luego presentar el certificado ante la comuna, para de este modo deslindar responsabilidades.
En primera instancia la joven se enfrentaba a la posibilidad de ser enviada a la Justicia por simulación de delito, pero finalmente el magistrado optó por devolverle la libertad.