Paysandú, Domingo 03 de Mayo de 2009
Locales | 26 Abr La Parroquia del Sagrado Corazón, la Intendencia
y la fiesta de Plaza Acuña el Jueves Santo
El sábado 4 de abril se publicitó por el diario que se iban a realizar fiestas en cinco plazas, dentro de los festejos programados por la Intendencia Departamental de Paysandú, para lo que ella llama Semana de Turismo. Para el jueves 9 se anunciaba un nutrido programa a partir de las 9 de la mañana, explicando que a las 20 y 30 se presentaba el grupo de rock “Disturbios”, una hora después el grupo “Mburucuyá”, a las 22 “Luz de Luna”, luego la orquesta típica de Robin Texeira y el cierre a “todo ritmo con Sonido Cristal”.
Nos interesa ese tramo del horario porque justo frente a esa plaza está desde hace 60 años la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, donde acuden centenas de católicos en especial de la extensa zona de influencia de Plaza Acuña y la Escuela “Padre Lamas”. Esa parroquia venía anunciando desde hacía tiempo el itinerario de los actos evocativos de lo que para los cristianos es la Semana Santa. En su boletín informaba a sus fieles que el “Jueves Santo” se haría a las 20 la Celebración de la Última Cena y el lavatorio de pies y entre las 21 y 24 se celebraría la Adoración del Santísimo Sacramento. O sea que en los hechos el recogimiento natural de la evocación de la noche previa a la pasión de Cristo iba a ser perturbado inexorablemente por los ruidos de la música a todo volumen y del promocionado cierre a “todo ritmo” cumbiero.
Ante el anuncio de que iba a suceder esa interferencia, en los oficios religiosos del domingo 5 de abril el tema fue comentario obligado de los asistentes y su párroco. Y lógicamente la mayoría de ellos opinó que se trataba de una disposición tomada por gente a la cual las creencias religiosas ajenas poco le importaban y tampoco les importaba agredirlas, que era lo que se iba a dar en los hechos.
Pero dejando un espacio para la duda, hubo quienes al día siguiente se pusieron en contacto con la directora de Cultura para corroborar el dato y si era así tratar de que en esa plaza los festejos no fueran el jueves y viernes santos. O sea, pedir que sucediera lo que pasó toda la vida de la Parroquia. A ningún gobierno departamental se le ocurrió molestar a esa Iglesia ni a ninguna otra en días tan particulares como el jueves y viernes santos. Se contestó que se iba a plantear a los superiores.
Es de destacar que ese día lunes, en la página 16 del diario al cierre de una crónica sobre las fiestas de las plazas, se decía que el programa “Mi plaza es una fiesta” seguía en Plaza Lavalleja el martes 7 y en Plaza Acuña el miércoles 8, en tanto el sábado se concluía en la plazoleta de Uruguay y Enrique Chaplin. Eso abría la posibilidad de que hubieran surgido cambios y que la fiesta en plaza Acuña fuera el miércoles y no el jueves, lo que no molestaba para nada.
Pero no. Eso no era enmendar el error. Eso era otro error que se sumaba al anterior. Porque el jueves 9 en la página de sociales, anunciaba el diario “La Plaza Acuña vivirá hoy su gran jornada de festejos”.
O sea, que si hubo consulta con los superiores como dijo la directora de Cultura, la contestación fue: ¡adelante con los faroles! ¡Qué les importa herir los sentimientos de los demás, si ellos no creen en nada... y es dudoso que tengan algún sentimiento por lo menos elevado! Y así fue que no solo armaron la farándula frente a la Iglesia, sino que cortaron el tránsito por Setembrino Pereda entre Colón y Artigas para que los que fueran a la Iglesia en auto tuvieran que dejarlo lejos, sometido a la inseguridad que este gobierno es incapaz de solucionar y además caminar ... incluso los viejos y los minusválidos.
Fue una evidente prueba de intolerancia perpetrada para molestar los actos de la Parroquia. Sus feligreses tendrán presente por mucho tiempo las ideas que pregonan quienes así actuaron, o sea el intendente y sus directores. Salvo para aquellos a quien Dios no les concedió la gracia de evitar la confusión entre el báculo y la metralleta, a los demás feligreses les quedó claro quién los atacó y quiénes fueron los que despreciaron su fe.
La Iglesia en alguna medida está siempre agradecida a sus enemigos. Porque son los que -lógicamente sin proponérselo- ayudan a todos sus componentes a luchar por ser mejores y superar los inconvenientes que esos enemigos provocan. Que mis palabras pasen a los medios de difusión locales del departamento, a la Diócesis de Salto, a la Conferencia Episcopal Uruguaya y a las demás juntas departamentales del país.
Y esa superación se viene dando desde hace más de dos mil años. Por lo tanto, también a estos opositores los dejará por el camino luego que se disipe el humo, el mismo al que se refirió el Papa Pablo VI cuando, refiriéndose a las desviaciones izquierdistas de muchos pastores y simpatizantes, dijo: “por alguna grieta de la Iglesia ha penetrado el humo de Satanás”. Gracias, señor intendente. Usted pasará y su nombre se perderá junto con los partidos de su coalición más ahora que después, pero la Iglesia seguramente seguirá su camino. Ramón Appratto
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