Opinion | 30 Abr Buena parte de las pequeñas y medianas empresas --que son las más numerosas en el país-- son familiares. Una de las necesidades históricas es su profesionalización y el fortalecimiento de la relación empresa-familia. Con ese objetivo acaba de conformarse en Montevideo el Centro de Empresas Familiares, sustentado entre la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay el Banco Interamericano de Desarrollo.
La idea de crear este nuevo organismo surje con el objetivo de asesorar y potenciar el desempeño del sector que, como dijimos, es relevante para la economía nacional tanto en la cantidad de empresas existente como en la generación de puestos de trabajo.
Para ello, se trabajará con varias herramientas, según lo informado por el gerente del Centro de Empresas Familiares, Gonzalo Acuña. Una de ellas es la Estructura de Gobierno en Red (EGB) como espacio de encuentro para el intercambio entre empresarios, conducción profesional y apoyo en la toma de decisiones, lo que se ve auspicioso, puesto que el 66% de este tipo de empresas estaría dispuesta a participar de ámbitos comunes de intercambio, según una encuesta realizada por la Cámara Nacional de Comercio.
El Centro de Empresas Familiares también contará con un Servicio de Apoyo Integral que permitirá el acceso diagnóstico, asesoramiento y gestión de asistencia. Entrevistado por Ultimas Noticias, Acuña dijo que las problemáticas más comunes de las empresas familiares son la falta de apoyo a la hora de tomar decisiones, las sucesiones --el 65% de las empresas no las planifica--, la confusión entre propiedad y capacidad para dirigir y la confusión de lazos de afecto respecto a los contractuales.
Esto no es exclusivo de las empresas familiares de Montevideo, donde funcionará el referido centro, sino de las de todo el país. Por eso, la acción de esta novel entidad debe irradiarse al Interior, puesto que si para un pequeño o mediano empresario familiar de la capital es difícil acceder a herramientas de capacitación y apoyo que le permitan una gestión más profesional, es mucho más dificultoso cuando la distancia geográfica se hace sentir. En conclusión, este tipo de iniciativas deben necesariamente extenderse más allá del Santa Lucía, en pos de la igualdad de oportunidades y en beneficio de todos.