Opinion | 28 Abr OSE está trabajando para reducir el casi 55% de agua no facturada que registra, dijo a la agencia internacional Business News Americas el secretario general de la empresa estatal, Daoiz Uriarte. Con el “cerca de 55%” la empresa está lejos del 30-35% promedio que no facturan las potabilizadoras catalogadas como de una eficiencia media.
El porcentaje de agua no facturada es la diferencia entre el volumen que se genera en plantas de tratamiento de agua potable y el que la compañía en realidad cobra. Esto incluye el agua otorgada a los Bomberos del país, instalaciones deportivas y una serie de actividades no comerciales.
En procura de bajar el elevado porcentaje, Uriarte señaló que OSE trabaja en la construcción de la sexta línea que reemplazará algunas de las tuberías que presentan daños. También está realizando el programa de Reducción de Aguas No Contabilizadas (RANC), que considera estudios, diagnósticos, reducción de fraudes y pérdidas, además de una optimización de la calidad de la medición del agua. Una de las dificultades que enfrenta OSE es el robo continuo de medidores de agua en Montevideo y las zonas aledañas, lo que ha reducido los beneficios de reemplazar cerca del 10% de los medidores.
Más allá de todas estas mejoras, es importante que haga hincapié en una más rápida respuesta a las pérdidas por roturas de caños. Porque al menos en Paysandú es muy común que las haya en demasía, lo que hace que la pérdida sea casi permanente. Ese recurso que se hace agua es un gran perjuicio económico para la empresa, que por su calidad de estatal distribuye entre todos los ciudadanos.
Además del daño económico que eso significa, es imprescindible valorizar el agua potable, indispensable para la vida y un recurso que escasea en varios rincones del mundo. También en Uruguay, desde que hay en el país muchos hogares que todavía no cuentan con este servicio. Que todos los uruguayos tengan acceso al agua potable debe ser también prioridad para la empresa estatal.