Locales | 28 Abr Consultado si su dirección, al saber de un caso que afecta la salud vinculado a bromatología, actúa de oficio, es decir sin denuncia específica, Eduardo Américo recordó el caso del catering que tuvo problemas con personas intoxicadas el año pasado, y desde entonces “estamos haciendo inspecciones sorpresivas y al azar, pueden ser viernes o sábado, y vamos a donde se organizan fiestas masivas, bodas o cumpleaños de 15 donde trabajan los catering registrados en bromatología”.
Sobre los resultados de esas inspecciones, dijo que “se detectaron problemas que no dependían del catering, sino del local contratado. Se constataron irregularidades en cuanto a la infraestructura, por no tener bien los freezer (para mantener la cadena de frío de los alimentos) o no tener bien los parrilleros, la cocina, no tener mesadas suficientes, o falta de ventilación”. Ahora, señaló, “estamos trabajando con los locales que organizan fiestas para que brinden una infraestructura acorde a la cantidad de gente que concurre. Porque si se organiza una fiesta para 200, hay que tener lo necesario, piletas para las manos, baños para mucha gente. Eso se está haciendo”, afirmó.
El procedimiento es que el inspector de Higiene se presenta en la fiesta, y si el dueño de la misma le franquea la entrada lo hace. De no ser así, se le hace firmar que no se le habilitó. Porque en ningún lugar está establecido que debemos ir a ver una fiesta familiar, pero es una señal que le damos a la gente de que estamos tratando de controlar lo que podamos”.
Dijo que Higiene puede inspeccionar un lugar “donde expenden alimentos, pero no en fiestas privadas”, y no descartó la importancia de poder contar con una reglamentación municipal que los habilite.