Paysandú, Viernes 08 de Mayo de 2009
Nacionales | 04 May Derecho de autor
Es probable que a esta altura, cuando faltan pocas semanas para la celebración de las elecciones internas, el electorado esté más atento al intercambio de acusaciones entre los precandidatos que a cuestiones estrictamente programáticas. Las críticas de corte político dieron lugar a los ataques personales y ahora, con protagonistas invitados, parece que llegó el momento de los desmentidos, y lo peor de todo es que todavía falta muchísimo para octubre. Según “El País”, el ex presidente Julio María Sanguinetti acusó al precandidato frentamplista José Mujica de construir “una tesis de confrontación”, al tiempo que negó haber dicho que el Frente Amplio ganaría las elecciones.
La cuestión es más o menos así: parece que desde hace por lo menos un año, Mujica insiste en que un enfrentamiento electoral con Luis Alberto Lacalle sería algo así como “una confrontación entre el Cerro y La Teja contra Carrasco”. Sin embargo, durante una visita a nuestra ciudad, el líder del MPP atribuyó la frase a Julio María Sanguinetti y agregó que el líder del Foro Batllista vaticinaba una victoria de la izquierda en las elecciones.
“Esa es una imagen de Sanguinetti”, dijo Mujica al referir al enfrentamiento entre barrios ricos y pobres. “Y que no se haga el tonto, porque si no digo públicamente a quién se lo dijo y le prendo fuego”, precisó. El ex mandatario rechazó estos dichos y acusó a Mujica de impulsar una política de “confrontación” y división entre barrios y clases sociales. “Esta es una tesis de él que representa una política de resentimiento. Yo soy batllista y entonces repudio la lucha de clases porque creo en la democracia, creo en el voto, creo en lo que ha sido la mejor historia de este país con su movilidad social. Yo jamás le dije a nadie, y menos del modo que lo expresa el senador Mujica, que el FA tenía la elección ganada en esa confrontación. Todos vemos que él está intentando llevarla a cabo; ojalá no tenga suerte en su empeño”, subrayó Sanguinetti.
Terreno hostil
Mientras Mujica se pelea con Sanguinetti, el también ex presidente Luis Alberto Lacalle intenta abrirse paso en terreno hostil. Según el mismo matutino, el líder de Unidad Nacional se trasladó hasta el barrio 40 Semanas, donde además de soportar algún insulto, refirió a la inseguridad, pidió respeto entre los diferentes partidos y abogó por dejar atrás “épocas intolerantes” como la dictadura. La llegada de Lacalle al problemático vecindario generó incertidumbre. Apenas abandonó su vehículo, varias piedras cayeron a pocos centímetros y enseguida una señora lo conminó a ingresar y ver “cómo vive la gente”.
“Está bien, ya hemos venido varias veces”, contestó Lacalle con serenidad. En un discurso en el que no utilizó micrófono, el precandidato habló de la capacidad de convivencia entre quienes piensan de distinta forma.
“Es importante que eso siga vigente. Es más importante eso que entrar en la radicalidad y la grosería”, sentenció.
Dijo que muchas personas no entienden que propiciando enfrentamientos se regresa a épocas como la dictadura, en tanto exigió respeto para los comités partidarios.
“Y si no es respetado que se sepa, porque quiere decir que volvemos al tiempo en que tú eres bueno o tú eres malo, según el gobierno”, añadió.
Más adelante habló de inseguridad y refirió una vez más a la posibilidad de reducir la edad de imputabilidad, pero ratificó su intención de rehabilitar a los infractores.
Especulaciones porcinas
Valiéndose de términos como “chanchada” e “impresentable”, el precandidato nacionalista Jorge Larrañaga fustigó duramente al gobierno acusándolo de hundir al país en un déficit superior al dejado por la gestión de Jorge Batlle. “La República” resumió el discurso vertido por el líder de Alianza Nacional en el hotel Mantra de Punta del Este, en cuyo transcurso refirió a las excusas del gobierno ante el avance de la gripe porcina.
El presidente Tabaré Vázquez especuló respecto al déficit que generará la lucha contra la epidemia. Para Larrañaga este análisis representa “una chanchada incomparable”, porque este gobierno, a pesar de gozar de tiempos de bonanza, dejará un importante déficit. Además rechazó que pretenda justificarse los números “impresentables” de la economía y atribuirlos a la gripe porcina.
“El gobierno en su momento calificó de herencia maldita el déficit que dejó el doctor Batlle, que fue la mitad de los tres puntos que van a dejar ellos, luego de tres años y medio de bonanza económica internacional”, sentenció Larrañaga y rechazó enfáticamente que la lucha contra la gripe ejerza influencia en los números del gobierno. Para el precandidato este argumento “realmente no tiene parangón en la capacidad de burla de un gobierno frente a la sociedad entera, pretendiendo justificar lo injustificable”. Otro precandidato, en este caso colorado, también criticó las apreciaciones de Vázquez respecto al gasto público. Pedro Bordaberry dijo a “Últimas Noticias” que sin los factores externos “el gobierno aumentó en 350 millones de dólares el gasto público este año”.
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