Rurales | 12 May Si 2008 no terminó bien, este 2009 no podía comenzar peor. A los deprimidos precios generados por la crisis internacional, la seca que se inició en la primavera y continuó durante el verano y otoño, se suman las primeras heladas y las que se anuncian para fines de esta semana, posteriores a las lluvias que se esperan en las próximas horas. En Paysandú la falta de agua comenzó a agravarse a principios de diciembre y se agudizó en enero, hasta llegar casi “a colapsar los sistemas que teníamos dispuestos para el abastecimiento de agua”, señaló a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Roberto Ceriani.
A fines de enero y mediados de febrero se registraron algunas lluvias que generaron un impasse en algunos lugares, porque la gente pudo juntar algo de agua disminuyendo el abastecimiento a la población; “pero se mantuvo la seca en algunas zonas, como Cerro Chato y Chapicuy, donde el agua caída fue poca”.
El asesor del intendente Julio Pintos en temas agropecuarios, y productor lechero de la zona de Esperanza, sostuvo que “desde marzo se agudizó nuevamente. Actualmente se suministra agua en un camión cisterna, para la gente y en algunos casos para animales, en la zona de ruta 90, desde el kilómetro 38 hasta Piedras Coloradas”.En el caso de Chapicuy, Cerro Chato y ruta 26 se agudizó el problema. “En los ejidos de Paysandú, pozos de 25 a 30 metros si ya no se secaron están al borde de hacerlo. Ahí también estamos llevando agua”.
Respecto a cañadas y tajamares, las lluvias de fin de marzo habían repuesto algo de agua, “pero hoy estamos en la misma situación que a fines de enero. Somos concientes de que si no ocurren lluvias urgentes esto se pondrá aún más difícil, porque una cosa es la falta de agua y forraje en verano, y otra es en invierno. Porque sumado a la poca comida y los campos prácticamente pelados --principalmente en la zona de Chapicuy y este del departamento--, el crecimiento de las pasturas es muy escaso y los productores están echando mano a las reservas que tienen”.
Sin sembrar
En tanto, la distribución de semilla --avena, trébol rojo, raigrás y trigo forrajero-- para la siembra de verdeos se realizó normalmente, aunque “en algunos lugares no pudieron sembrarlo, esperando que llueva”.
Ceriani explicó que “en los lugares donde lograron sembrar un poco más temprano o con mayor humedad, si bien no están secos del todo, son plantaciones en riesgo si no ocurre un aporte hídrico en forma urgente. Están amarillando, las avenas están chicas y son muy susceptibles a la aparición de plagas y enfermedades”.
Ración
La ración se continúa suministrando a los productores. “Hubo zonas donde se rechazó a fines de febrero, porque las lluvias generaron un rebrote en las pasturas, pero hoy se está generalizando la falta de forraje y ya estamos recibiendo más pedidos de ración”.
La semana pasada llegaron tres camiones con “pellet” de afrechillo de trigo a Paysandú, que se distribuyeron en los silos de Copagrán Paysandú y algunas juntas locales.
Tamberos
Los productores lecheros son indudablemente los más castigados. A las dificultades forrajeras y de agua se suman los altos costos y el escaso dinero que reciben por su remisión a planta.
“Los tamberos chicos van sobreviviendo con los aportes del subsidio dispuesto desde el Poder Ejecutivo y aparentemente ahora se amplió otro a tres meses, como para ir cubriendo el presupuesto familiar”. Roberto Ceriani fue claro y determinante al sostener que “estamos vendiendo ganado para poder cubrir los gastos”. Agregó que “quienes tenemos algún personal a cargo, también se hace difícil cumplir con todo”.
Los productores lecheros no solamente pierden plata vendiendo la leche a menos de $ 4,90 el litro, cuando $ 6 sería el piso para “empatar y no seguir perdiendo dinero”, sino que también “nos estamos descapitalizando”.