Opinion | 14 May El esposo de la actual presidenta argentina y ex presidente también, Néstor Kirchner, llamó a finalizar el piquete de Arroyo Verde y dijo que “siempre” recomendó esa medida a los asambleístas de Gualeguaychú. El hoy candidato a diputado  por el Frente Justicialista para la Victoria afirmó que las protestas de los ambientalistas “son legítimas en el sentido del contenido, pero no es correcto persistir con los cortes”. Y volvió a insistir con que nuestro país violó el Tratado del Río Uruguay al permitir la instalación de Botnia en Fray Bentos.
Las palabras de Kirchner desde el otro lado del charco enojaron al intendente de Río Negro, Omar Lafluf, que recordó que el propio Kirchner apoyó el bloqueo que ahora objeta y que hoy su esposa y presidenta, Cristina Fernández, no hace nada por levantar. Y tiene razón. Durante mucho tiempo Kirchner soslayó el tema del bloqueo, recibió a los asambleístas en varias reuniones en la Casa Rosada y permitió que el gobierno provincial (en la época de Busti) financiara el piquete. Así que poco vale lo que diga ahora, en esta salida inesperada pero tardía.
Más allá de la política, que en este tema siempre ha metido la cola, lo cierto es que el piquete --cuyos impulsores reúnen varios miles de participantes en la marcha de protesta que cada año hacen sobre el puente General San Martín, pero apenas logra gente que lo sostenga cada día en la ruta-- ya ha dado demasiados problemas. Y no nos referimos solamente al hecho no menor de haber impedido el tránsito de personas y mercaderías durante más de dos años entre dos países --lo que difícilmente tenga antecedentes en el mundo en tiempos que no son de guerra--, sino también a temas de inseguridad y afectación de la vida humana.
Sin ir más lejos, el día en que Gualeguaychú realizó la última marcha para gritar “Botnia go home”, un hombre joven no pudo volver a su casa porque murió al chocar su moto contra una zorra atravesada en la ruta en la madrugada. Ha habido incidentes varios con personas que han intentado cruzar el piquete y también excepciones a la medida que no tienen una explicación clara.
Hoy es la barra brava de Boca, “La Doce”, la que intententará cruzar el piquete para ver jugar a su equipo en Montevideo ante Defensor, por los octavos de la Copa Libertadores. En las últimas horas se habló de una supuesta amenaza a los asambleístas de Gualeguaychú, quienes ya avisaron que no permitirán el paso a través del Puente Internacional General San Martín. La tesitura de la Asamblea Ambiental es que a nadie “le cuesta nada” hacer 100 kilómetros más hasta el puente entre Paysandú y Colón para cruzar. Si no fuera una vergüenza y una manifestación más de soberbia, daría risa esta insólita postura. Y lo mismo para los dichos de Kirchner.