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Paysandú, Martes 19 de Mayo de 2009

PAYSANDÚ INTERIOR
ADOLFO “TITO” MENDARO

“En casa podía faltar el asado; pero jamás faltó una guitarra”

Locales | 15 May Expresivo, sensible e hiperactivo. Versátil, simpático y recurrente. Hace un buen rato que dejó los sueños de adolescente, pero todavía imagina crear su mejor canción. Su repertorio es reconocido por la gente del pago como si se tratara de un músico de fama. Amante de todo tipo de música, al componer la letra de una canción no sabe realmente qué es lo que le va a salir. Puede ser un vals, una chamarrita o un rock pesado.
“En ese tenor, y particularmente cuando se trata de un público específicamente del interior rural, proponemos alguna polca, algunos chamamé”, comenta como al descuido. Letras de un alto contenido humano forman parte del mensaje.
La primera vez que subió a un escenario tenía apenas diez años. Hoy tiene cincuenta y dos. Descendiente de familia de músicos, su madre fue toda la vida una cantante amateur, pero de gran nivel profesional. Uno de sus tíos fue muy buen cantante. “Tanto es así, que hace unos cuantos años, en un concurso de cantantes quedó segundo, después de Julio Sosa. Toda la vida le tomé el pelo, porque le decía que el varón del tango le había frustrado la carrera. Sin embargo, no se dedicó profesionalmente. Tengo, además, otro tío por la rama materna --Lucho Hernán-- que realmente se dedicó toda su vida a ser músico profesional. Ha viajado por todo el mundo y hoy, con más de sesenta pirulos, sigue cantando por España. Es oriundo de Migues, un pueblo de Canelones. Desde muy chico se fue a Montevideo, luego a Buenos Aires, posteriormente a Venezuela y después a Brasil. Aunque no tuvo mucha trascendencia nacional, ha podido vivir de lo que le gusta, que no es poca cosa”.
No hubo fiesta, en la familia de Mendaro, que faltara una guitarra. “Podía faltar el asado, pero jamás faltó una guitarra”. Las fiestas en la casa de su abuela no terminaban nunca. Eran como las fiestas gitanas, de tres o cuatro días. Un cumpleaños podía llevar tres días de festejos. Allí se arrimaban los amigos y los vecinos. En esas fiestas había cien personas, aunque invitados fueran quince. El resto se arrimaba porque había guitarras. Llevaban un trozo de carne y allí todo el mundo comía y todos cantaban”.
“Tuve la suerte de tener un abuelo con una historia muy rica en cuanto a lo humano. Tuvo un almacén de puertas abiertas para todos, que fue siempre el lugar de reunión de todo el mundo. Me crié en esos entornos. No puedo dejar de tener ese tipo de actividades. La cosa viene de sangre. Tengo un hermano en Montevideo, ‘el Pato’, que es un gran músico. Hasta hace un mes estuvo acompañando a Braulio López por varias giras. Ahora Rodrigo, uno de mis hijos, sigue los mismos pasos. Es un guitarrista declarado. Me dijo ‘olvidate que vaya a estudiar otra cosa que no sea guitarra’. A la mamá, al principio se le pararon los pelos de la nuca; pero yo creo que si puede estudiar lo que le gusta, tiene la vida ganada. Es estudioso, le gusta, está haciendo carrera. Con 16 años  tuvo la posibilidad de tocar en la banda municipal, dar clases en la Intendencia. Hoy, con 18, da clases particulares y sigue estudiando. Y bueno, ¡la música se trae en los genes!”
Por su formación humanista, Mendaro compone lo que le nace. Es por eso que le escribe a la gente y a sus sentimientos. Nunca piensa mucho lo que puede llegar a ocurrir con las canciones una vez compuestas. En el caso de “Pepe Cunda”, ha pegado mucho. Hubo mucha gente de Guichón que a través de esa canción conoció a este muchacho de capacidad diferente que Mendaro tuvo la oportunidad de conocer y querer mucho. “Esa letra pegó mucho en la gente, quizás porque una vez que uno hace la canción cobra vida propia. Algunas quedan guardadas en mi recuerdo y otras tantas en el recuerdo de la gente. Son canciones que, sin uno proponérselo,  pueden alcanzar un estado superior. Pero al respecto no tengo aspiraciones demasiado elevadas. Es el placer de hacer lo que me gusta. Aunque sé que algunas canciones han tenido una pequeña trascendencia. Posiblemente en un futuro, cuando tenga la oportunidad de grabar un CD, se transformen en realidad. Tenemos un demo grabado, pero ocurre que para quien no vive de esto y con una familia numerosa como la que yo tengo, resulta muy difícil derivar dineros que uno precisa para la familia, para hacer estas cosas. Yo lo hago porque me otorga un placer inmenso”.
Siempre tuvimos la duda de si los contratos artísticos superaban los relacionados a los de su profesión, ya que Adolfo “Tito” Mendaro es el veterinario--cantor.


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