HISTORIA

Locales | 18 May Prosigue Amaro Carve su comunicación planteando la necesidad de construir una cárcel en Paysandú, expresando:
“Cuando el Honorable Cuerpo Legislativo se ocupe de la discusión del Presupuesto General de Gastos para 1883, voy a someter a su sanción un proyecto de edificio para cárcel que elevaré a la consideración de V.E.. La falta de local me coloca frecuentemente en situaciones difíciles, por ejemplo: se conducen presos a esta Cárcel Central por sospechas de crímenes, personas que gozan de consideración entre la población e inmediatamente se presentan las más caracterizadas y respetables de aquí solicitando que no se aloje a aquellos en el único sitio que hay destinado para prisiones. Negarse a acceder a estos pedidos no es posible, y concederlos es peligroso pues se destinan a las habitaciones de los oficiales, con quienes se relacionan enseguida y de esa inteligencia y familiaridad entre ellos puede resultar que un centinela, desconociendo el carácter de preso de aquel, lo deje salir”.
“Pero ¿cómo se evita esto? Del único modo posible: construyendo un local con ese objeto. Y para que V.E. se penetre de la necesidad que se siente de realizar ese trabajo le diré que ha llegado a haber aquí hasta cien presos. Cien personas viviendo y durmiendo en un local de 12 varas por 5 y ½ es un peligro para la higiene pública. Es una crueldad que la necesidad obliga consentir”.
“Peligro y crueldad que sólo desaparecerán cuando se haya satisfecho aquella necesidad urgentemente reclamada”.