Paysandú, Sábado 23 de Mayo de 2009
Locales | 17 May (Por Enrique Julio Sánchez, desde Estados Unidos.) A sus 66 años, José Luis Rodríguez ha hecho prácticamente de todo en el mundo artístico. Fue galán de telenovelas, cantante de boleros en sus comienzos (siguiendo la línea de “Los 5 Latinos”) y más adelante gran artista pop internacional, trovador religioso, protagonista de sonados escándalos amorosos y, también, modelo publicitario.
En los años 70 actuaba en comerciales de detergentes en Argentina.
Desde hace un tiempo, vende chicles en Estados Unidos. “A matar los gérmenes con Eclipse; qué aliento tan rico”, canta con la música de “Mi amigo el Puma”, en promoción de la marca Eclipse, que se comercializatambién en España y Australia.
Verlo cantar el jingle da cierta pena, especialmente cuando uno puede recordar su notable recital en la Semana de la Cerveza de Paysandú, en aquellos años en que no se ganaba dinero, pero en el escenario del anfiteatro al menos había verdaderos artistas internacionales.
Pero, como usted y como yo, el Puma tiene que pagar los bills (cuentas), como dicen los latinos aquí, en Yanquilandia. Y, después de todo, es un trabajo honrado. No a la altura de sus antecedentes, pero por eso también es un buen ejemplo de lo que los migrantes latinos debemos hacer en Estados Unidos, en este país de oportunidades y sueño americano, a veces tan parecido a una pesadilla.
“Hay que hacer lo que hay que hacer” es una máxima que podría ser de Perogrullo, pero que forma parte del know how de los latinos, que llegamos siendo, digamos, periodistas, para convertirnos en repartidores de pizza y de diarios, panaderos o ensambladores. Es el precio que hay que pagar para vivir en el Primer Mundo.
José Luis Rodríguez acaba de grabar un nuevo disco “Mi amigo el Puma”, aparenemente un homenaje a Sandro, pues recoge varias de sus más exitosas canciones de aquella época dorada, con su alter ego Oscar Anderle.
Aunque escuchando los cortes promocionales del disco que saldrá a la venta el mes próximo, además del que da título al disco (que Sandro hizo famoso en la película “Operación Rosa Rosa”, en los setenta y tanto), --Rosa Rosa--, queda la duda si no será una venganza.
Nada queda nada de la potente voz del Puma, ni de su gracia para el baile.
Para colmo, cualquiera puede contrastar su homenaje con las versiones originales de Sandro “Pelvis” en You Tube. O, si prefiere algo más piadoso, ver solo las del Puma en www.myspace.com/miamigoelpuma.
Como sea, hay que trabajar. Eso lo concedo. Y, de nuevo, lo que hizo es algo honesto. No ha logrado un producto que tenga mucho contenido artístico; pero bueno, hay que reconocer que tampoco Sinatra cantaba bien cuando se presentó en Buenos Aires (en agosto de 1981, a sus 65 años), con la produccion de Palito Ortega, hombre que supo entonces perderlo casi todo.
Pues así es la vida: se va y no vuelve, como cantaba Magaldi. Y mientras la crisis golpea sin piedad --en estos días la General Motors anunció el cierre de 1.600 de sus concesionarios, lo que dejará sin empleo a otros miles de personas--, los hispanos seguimos mirando a Estados Unidos como un sitio donde establecernos y hacer nuestro camino. Así lo revela un estudio de la Oficina de Estadística, que prepara un censo para el año que viene. De acuerdo al mismo, uno de cada seis residentes en Estados Unidos tiene origen hispano. En total, 47 millones de personas, aunque analistas sostienen que el número “real” es aún mayor.
Las estimaciones concluyen que cerca de la mitad (47%) de los niños menores de cinco años eran de minorías en 2008 y el 25% de ellos hispanos. Entre todos los niños menores de 18 años, el 44% eran de minorías y el 22% hispanos.
Otro dato revela que la población hispana es mucho más joven que la población total, con una edad promedio de 27,7 años en 2008, comparado con 36,8 años para la población total de Estados Unidos. Y hay sitios que han sido totalmente invadidos por los hispanos, como el condado Starr, en Texas, donde el 99% de sus habitantes son hispanos.
En otros dos condados de Texas --Maverick y Webb-- las minorías conforman el 97% y 95% de la población, en su gran mayoría hispanos.
Poco a poco, pacíficamente, los hispanos conquistamos Estados Unidos.
Eso, obviamente, explica por qué la mayoría “casi minoría” sajona se retuerce y plantea tantos problemas inmigratorios. Pero nada podrá detener el avance hispano, que no solamente aporta su fuerza laboral, sino también su cultura y estilo de vida, para cambiar --una vez más-- esta nación donde la diversidad étnica es su esencia nacional.
Aquí estamos, pues, haciendo camino en el Primer Mundo, con el ojo puesto en el Tercero, donde según la distribución de los “mandamases” está situado el paisito.
El ejemplo de José Luis Rodríguez es valido. No puede ya cantar lo que Jaime Urrutia, líder de Gabinete Caligari: “como un rugido de tigre (puma)/ es mi voz”; pero al menos hace lo mejor que puede. Hoy vende chicles, mañana tratará de vender otra vez sus discos y, quien sabe, si la General Motors aguanta, pueda hacer también la publicidad del vehículo eléctrico que la automotora diseña junto con Segway; pues, créalo o no, el proyecto se llama PUMA (Personal Urban Mobility & Accessibility), esto es Accesibilidad y Movilidad Personal Urbana.
Vamos todavía. Hasta que el cuerpo aguante.
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