Paysandú, Miércoles 27 de Mayo de 2009
Locales | 23 May “Veamos también en las horas de satisfacción, nuestros errores del pasado”, dijo Arocena en su extensa alocución en el acto inaugural. Afirmó que “hay un error del pasado que viene de lejos en la historia, y es la subvaloración de la técnica. Durante demasiado tiempo desde las élites educativas del país se subvaloró a la técnica, y ello tuvo mucho que ver con una visión de la Universidad que relegaba, menospreciaba la formación técnica, y tenía una relación distante con la UTU”.
Dijo Arocena que “nuestra vocación es todo lo contrario, y hoy lo decimos y mostramos hechos. Hemos venido trabajando para que cada vez más la Universidad de la República y la Universidad del Trabajo del Uruguay sean dos grandes apuestas conjuntas al desarrollo del país. Educación y trabajo, trabajo y educación, vinculadas a lo largo de la vida, son parte del destino de la República, y tienen que ser parte de un proyecto de nación. Colaboramos con eso y entre las mayores satisfacciones de los útimos años está el haber llevado adelante el trabajo cada vez más estrecho entre la Universidad de la República y la Universidad del Trabajo del Uruguay, instituciones que debieron ser siempre hermanas y que ahora lo están siendo”.
La enseñanza del futuro
Arocena aseguró que “los tecnólogos son ejemplo de la enseñanza del futuro, que tiene que ser algo donde se vaya de la educación al trabajo y viceversa, a lo largo de la vida”.
Llamó a “no confundirse” en lo que es un tecnólogo: “está pensado para una incorporación rápida, eficiente y pronta para el mundo del trabajo, pero no para terminar la formación a los tres años. Quienes están terminando los tecnólogos nos dicen que ya tienen prevista o concretada una integración al trabajo. Bienvenido sea, era lo que esperábamos, pero van a tener que seguir yendo y viniendo del trabajo a la educación”.
Puso como ejemplo “el sistema de enseñanza terciaria y superior agrario”, de manera de empezar el estudio en cualquiera de las áreas y “que no se pueden olvidar que no haya techos para la formación. Uno de los errores grandes que el país cometió en el pasado era certificar a su gente en unos para la Universidad que seguiría estudiando siempre, y gente para la UTU, que tendría un techo educativo. Y ese techo hay que romperlo desde abajo, y asegurar vías para que todos, sigan las trayectorias que sean, puedan seguir estudiando siempre”.
“Y los tecnólogos -aseguró- son el germen de ese proyecto de país que de oportunidad a su gente de coordinar educación y trabajo”.
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