Paysandú, Martes 02 de Junio de 2009
Policiales | 27 May Un paciente trabajo de investigación efectuado por personal de la Seccional Segunda de Policía concluyó con la captura de los responsables de una ola de rapiñas y arrebatos que desde hacía varias semanas azotaba diversas zonas de la ciudad. Los arrebatadores operaban en moto y amenazaban a sus víctimas con distintos tipos de armas para despojarlos de sus efectos.
Información extraoficial señala que desde hace varias semanas los efectivos de la referida seccional investigaban una serie de rapiñas y arrebatos cometidos tanto en su jurisdicción como en la zonas Este y céntrica de la ciudad.
Uno de los ilícitos fue cometido el pasado 15 de marzo en horas del mediodía, cuando un adolescente que caminaba por las inmediaciones de Enrique Chaplin y Washington fue interceptado por dos sujetos que circulaban en moto. Mientras uno de ellos aguardaba en el birrodado, el otro descendió, lo amenazó con una sevillana y lo despojó de su celular.
La noche del 3 de abril, en la calle norte de Roger Ballet, un adolescente de 18 años fue alcanzado por dos desconocidos a bordo de una moto. Al igual que en el caso anterior, uno de los sujetos abandonó la moto, le apuntó con un arma de fuego y tras hurtarle el celular, se dio a la fuga en compañía de su compinche.
El 5 de abril fue el turno de una conocida vendedora de juegos de azar que generalmente desarrolla su actividad en la zona céntrica. En esta oportunidad los arrebatadores motorizados la interceptaron y la despojaron violentamente de una cartera con 2.500 pesos, un celular Motorola C115 y una máquina digital para recibir jugadas.
Poco después, una señora que caminaba en las inmediaciones de Setembrino Pereda y 18 de Julio recibió un empujón de un desconocido que se dio a la fuga en moto tras arrebatarle la cartera con dinero y un celular. Otro adolescente de 18 años fue despojado de su celular por desconocidos cerca de la entrada Este del Mac Center Shoping.
Exhaustiva investigación
En base a información confidencial y luego de un paciente trabajo de investigación, la Seccional Segunda detuvo en las últimas horas a Alejandro Viana González, de 24 años, poseedor de cuatro antecedentes penales, tres de ellos por hurto especialmente agravado y el restante por receptación, y también a A.M.C de 22, carente de antecedentes.
Los efectivos recuperaron la moto utilizada en los ilícitos y dos celulares, en tanto en base a las declaraciones de los detenidos, lograron recomponer las circunstancias que derivaron en la ola de arrebatos y rapiñas.
Según parece, hace varios meses, A.M.C, de 22 años, recibió la inesperada visita de un amigo radicado en el interior del departamento.
El visitante le comentó que había roto una de las cubiertas de su moto pero no tenía el dinero suficiente para comprarla. A.M.C pensó que uno de sus conocidos, Alejandro Viana, era la persona indicada para sacar a su amigo del apuro. Así que ambos se trasladaron hasta el domicilio de Viana y le plantearon la situación; éste les solicitó un adelanto de 1.000 pesos para cumplir con el “pedido”. Los días pasaron y el “proveedor” no aparecía, así que volvieron a entrevistarse con él, pero en lugar de obtener la cubierta debieron entregar otro adelanto, en este caso de 700 pesos.
Nace una sociedad
Como Viana seguía sin aparecer y cumplir con lo pactado, A.M.C intercedió por su amigo y en reiteradas oportunidades se comunicó telefónicamente con el “vendedor”, hasta que en último termino éste admitió que no podía cumplir con el pedido, pero en cambio planteó una particular forma de redimirse.
Le dijo a A.M.C que la única forma de reintegrarle el dinero era cometiendo algunos hurtos, pero para ello necesitaba colaboración. Así fue que a partir de ese momento ambos comenzaron a deambular en una moto Yumbo de color negro por diferentes barrios de la ciudad cometiendo rapiñas y arrebatos en perjuicio de transeúntes.
El procedimiento era siempre el mismo: A.M.C conducía la moto y Viana descendía momentáneamente, amenazaba a las víctimas y luego le entregaba a su “socio” pequeñas sumas de dinero, nunca más de 400 pesos. Incluso instrumentaron una treta que consistía en intercambiar vestimenta luego de cometer un nuevo ilícito. Ambos comparecieron ayer ante la Justicia en cuyo ámbito Viana resultó procesado con prisión por dos delitos de rapiña especialmente agravados y dos delitos de hurto especialmente agravados en calidad de autor. A.M.C fue procesado sin prisión como coautor de dos delitos de hurto especialmente agravados, imponiéndosele como medida sustitutiva a la prisión la obligación de presentarse en la seccional seis veces por semana y permanecer allí por espacio de dos horas.
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