HISTORIA: 1816

Locales | 02 Jun Al referirse a Santiago Artigas, Beatriz Bosch prosigue: “Cuando su padre desaparecía del escenario político y abandonaba además todos los aspectos terrenos, recomendolo a su medio hermano Manuel, veintitantos años mayor; pero su verdadero tutor sería el General Fructuoso Rivera. A su lado se inicia en la carrera de las armas. En agosto de 1832 figura como sargento primero en la segunda compañía del Escuadrón de la Guardia. Pasa a Teniente Segundo en 1839 y como tal actúa en la Batalla de Cagancha; enseguida es ayudante del coronel Fortunato Mieres, quien a su vez obedecía a las órdenes del coronel Bernardino Báez, comandante general de las fuerzas al norte del río Negro. En 1842 mereció del general Aguiar el ascenso a mayor y el obsequio de una lanza de honor por un acto de valentía al poner en fuga a un número considerable de enemigos. Aparece entre los derrotados en India Muerta ( 1845) y en el ataque a Salto por las fuerzas de Oribe en enero de 1847. A consecuencia de este fracaso se refugia en Concordia quedando en carácter de prisionero. Como lo hiciera su padre 27 años atrás dejaba para siempre la patria de sus mayores, tras una serie de campañas infructuosas, pero, al revés de aquel, se le depararía un ostracismo más apacible, sobrellevado con afectos de familia. Meses después ofrece sus servicios al General Urquiza y este los acepta por carta fechada en Calá el 17 de octubre de 1847. Dispone en seguida su incorporación al ejército y le reconoce sus grados (6). Este hecho es de singular importancia, no sólo en la carrera de Santiago Artigas, en la cual marca un cambio de rumbo definitivo, sino también en la del general Justo José de Urquiza, al acoger tan benévolamente a quien hasta ayer formara en las filas de sus enemigos. Era el comienzo de la práctica de sus ideas de fusión, que no tardará en hacer públicas en forma solemne”.
“Urquiza ocupó al ex guerrillero