Paysandú Interior

Locales | 05 Jun Tiene cien años y en su origen se llamó Santa Amalia. Su nombre actual surgió luego que unos niños mellizos se ahogaron en la zona conocida como Paso Viejo. Su población alcanza a unos trescientos habitantes que se dedican básicamente a trabajos en las plantaciones forestales. La mayoría asegura que el lugar debió llamarse doctor Roberto Vivo, en memoria de un gran hacedor que donó los terrenos para la construcción de viviendas y unas parcelas para que los vecinos pudieran criar sus animales. También donó la ambulancia y con recursos propios envió a capacitar a la enfermera del lugar.
Según cuentan algunos vecinos cierto día fue homenajeado por la comunidad, pero la emoción le jugó una mala pasada y sufrió un infarto que condicionó su vida. En 2006 falleció y es en su memoria que la principal arteria del poblado lleva su nombre.
Paso de los Mellizos es una zona forestal que otrora albergó generosas producciones ganaderas alternadas con agricultura. Según el relato colectivo “la biodiversidad está algo alterada. La forestación domina los campos y los animales silvestres están todos correteados”.
Paso de los Mellizos, enclavado en el departamento de Ríos Negro en zona de árboles, zorros y jabalíes, está unos 25 kilómetros al sureste de Guichón y a unos 160 de Fray Bentos. El centro poblado es atravesado por la Ruta 20 que solo está asfaltada en ese tramo. Allí hay mucha desocupación, por lo que muchos habitantes son beneficiarios del Plan de Emergencia. La asistencia en salud es la señal más positiva de los últimos años, ya que dos veces a la semana alternan en la atención odontólogos, parteras, vacunadores y médicos generales.
Como tantos otros poblados creció al amparo de las viejas estancias, de las que solo quedan vestigios. Entre ellas La Nueva Esperanza, de Ricardo Verocay; La Portuguesa, de Roberto Vivo; La Negra, de Cardozo, El Chicharrón, de Castellanos, El Caudillo, de José Braga, Las Lilas, que tiene un particular mirador y El Talismán, que es de las pocas que se mantiene.
El pueblo fue tomando forma a través del asentamiento de varias familias en ranchos o construcciones tan precarias que el clima o las crecidas del arroyo Sarandí Grande destruyeron, por lo que debieron reubicarse en terrenos más altos. Entre los apellidos de los primeros pobladores los actuales mencionan a las familias Amarillo, Verocay, García y Ortiz.
Hay una comisaría, un centro comunal, una oficina de correos y una escuela, la número 11 “recategorizada” por la creación de un grupo de Educación Inicial. Fundada en 1902, sus clases se dictaron hasta 1935 en la estancia “La Nueva Esperanza”. Posteriormente se la construyó en el pueblo. Atiende niños hasta sexto de primaria y séptimo, octavo y noveno de liceo rural, que suman 103 alumnos a cargo de la directora Natalia Atanasoff y las maestras Natalia Sotto, Aurora Fumón, Silvana Furtado y la auxiliar Dilsa Silva.
En 1973 contaba con cocina comedor, salones laterales y la ampliación de la casa del maestro; en 1979 se construyó batería de baños para los niños, mejorando considerablemente las instalaciones. El primer alumno de esa escuela fue Eudosio Techera y la primera maestra fue Rosa Álvez.
Según el último censo efectuado por el Instituto Nacional de Estadísticas en Paso de los Mellizos hay 124 viviendas, habitadas por 148 hombres y 137 mujeres.
Ese relevamiento arrojó cifras que refieren a abundante ocupación zafral en la actividad forestal, con un consecuente bajo nivel socioeconómico y uno muy elevado de pobreza.