Deportes | 01 Jun River sorprendió a propios y extraños. Sin que surgiera algún tipo de razón lógica, el técnico darsenero, Juan Ramón Carrasco, decidió mandar a la cancha un equipo integrado casi en su totalidad por jugadores que habitualmente son suplentes.
La decisión fue tomada el sábado y comunicada a los dirigentes, que reaccionaron ante lo que parecía una nueva locura de JR, generándose una dura discusión con el presidente José Tudurí.
Pero el técnico se mantuvo en su postura, presentó 10 variantes y seis jugadores ni siquiera concentraron.
¿Qué llevó a tomar esta decisión en un partido en el que River Plate se jugaba nada menos que el ingreso a la Liguilla y la posibilidad de pelearle el título a Defensor? Que Carrasco entiende que en su plantel cualquiera puede ser titular, y que quienes supuestamente son suplentes están mejor entrenados incluso que los que juegan habitualmente, porque juegan amistosos todos los miércoles.
Antes del partido ante los tricolores, Carrasco reunió a la prensa y dijo: “si obtenemos un mal resultado, el único responsable es Juan Ramón Carrasco y si es positivo, me gustaría que le hicieran notas a los jugadores. Si es negativo, voy a hablar yo, le voy a poner el pecho a las balas. No son cambios, son estrategias que manejo y que me avalan. Aquí todo está bien y con la confianza de que venimos transitando el camino que nos propusimos a principio de temporada”. Y le salió bien.