Locales | 06 Jun La doctora Elizabeth Chappuis evaluó que las pesquisas que se encaran con el ecógrafo móvil en las áreas rurales tropiezan con la seria dificultad de la escasa disposición del hombre de campo y fundamentalmente del peón rural a concurrir a los lugares donde se instalan los equipos móviles, pese a que se les convoca.
Subrayó la entrevistada que lamentablemente se trata de los grupos más expuestos a contraer el quiste hidático, al trabajar en los cascos de estancias en las que lamentablemente muchas veces se mantiene la costumbre de alimentar a los perros con achuras crudas, y se genera la consecuente cadena de contaminación que llega hasta el ser humano.
Sostuvo la integrante de la Comisión Departamental de Hidatidosis que “nos duele mucho que no participe la gente de real riesgo, que es fundamentalmente el peón de campo. Lo hemos estando conversando con los médicos, con enfermeros de cada lugar, para determinar los días en que podríamos trasladarnos a cada zona a efectos de poder atender a estas personas, pero los resultados no han sido buenos”.
“Nos llamó la atención que tanto del lado de Río Negro como del de Paysandú, hay estancias que están muy cerca y desde las cuales sin embargo no concurrió nadie a practicarse ecografías, cuando solo es cosa de un rato, teniendo en cuenta además la importancia que reviste la detección precoz, sobre todo en personas de riesgo”, sostuvo. Apuntó que “nos preocupa que no estemos llegando a la gente de mayor riesgo”, por cuanto como regla general llegan hasta los puestos mujeres con sus niños “pero nos dicen que el marido o los hombres de la casa no vienen porque están trabajando”.
Por otro lado, en Merinos y otras localidades “hay dosificación todos los meses, pero muchas veces no están los responsables de las estancias o quienes hacen la tarea, y esta dosificación no se cumple en el período establecido”, lo que da la pauta de que se eluden reponsabilidades que deben asumirse.
Subrayó que por lo tanto si bien la media departamental de infectación es del orden del 1 al 1,5 por ciento, que se corresponde con la media nacional, en el caso de las ecografías “tenemos el problema de que no concurren los grupos de mayor riesgo, las personas que están más expuestas, y esta es la gran problemática que tenemos”.