HISTORIA
1905

Locales | 07 Jun Quien firma “Reporter” prosigue expresando: “Si bien es verdad que ya se ha intentado la canalización de ese paso sin haberse logrado todavía un dragado completo y seguro que facilitara, sin entorpecimientos, una navegación regular y ordinaria, creemos firmemente que esta vez, los trabajos que se están realizando por la Uruguay VI han de corresponder a los propósitos del gobierno y llenar las aspiraciones de todos los que ven en esa obra un paso dado hacia el progreso y adelanto del país y el departamento”.
“No dudamos de que el canal proyectado será dentro de breve una hermosa realidad y que los obstáculos que entorpecían la navegación habrán desaparecido del todo. Decimos esto, basados en la excelencia y bondad de la draga y en la manera inmejorable con que se efectúan los trabajos de extracción y la distancia a que son arrojados esos mismos elementos extraídos, como también en las obras de defensa que se llevarán a cabo para impedir que la correntada deposite los materiales de arrastre en el canal y que favorezcan al mismo tiempo las corrientes en ese punto que con el impulso recibido en el choque, mantendrán el cauce limpio y por consiguiente con el fondo necesario para el libre tránsito de buques y vapores. Todo está bien previsto para evitar que con el tiempo quede obstruido nuevamente el canal, pues la arena extraída por un caño de absorción de 50cms. de luz es arrojada a otro del mismo diámetro y de 350 metros de longitud mantenido a flor de agua merced a grandes flotadores de hierro dispuestos a ambos lados del mismo, el cual a su vez la echa al río al costado Este de la isla de Almirón, o sea en el brazo que se dirige hacia Casa Blanca”.
“A causa de la gran cantidad de materias arenosas arrojadas desde el comienzo del dragado en ese punto, cuya profundidad era de 4 metros, se ve al presente una isla artificial de cien metros cuadrados de superficie que va ensanchando cada vez más su perímetro, tanto que dentro de una semana más o menos, se unirá probablemente con la de Almirón, obligando así a las corrientes que vienen del Sud a dejar depositados los elementos que arrastran en su curso”.