ESCRIBE EL DOCTOR RODOLFO CANABAL

Locales | 10 Jun Atento a lo que se ha informado muy ampliamente, quien ejercía el cargo de ministra del Interior desde marzo de 2007, señora Daisy Tourné, aceptó la sugestión que le formuló el presidente en el sentido de renunciar a dicho cargo. Aceptada su renuncia se designó al titular del Ministerio de Transportes y Obras Públicas para dirigir interinamente aquel ministerio hasta el regreso al país de quien será investido como nuevo ministro del Interior, el actual subsecretario del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, doctor Jorge Bruni. Sin perjuicio de señalar lealmente que se ha negado que la renuncia fuera precedida de sugestión o solicitud por el primer mandatario, la trascendencia del cambio impone su comentario en esta columna.
Cuando se materializó la designación de la señora Tourné para desempeñar las por muchas razones muy importantes funciones y responsabilidades que competen a dicho ministerio, y por tanto a quien está a su frente, se analizó en esta columna dicho episodio, y como en tales circunstancias corresponde se abrió crédito a la gestión de la nueva titular. Se glosaron entonces favorablemente algunos conceptos que había expuesto sobre las importantes competencias de dicho ministerio; entre ellos aludió a que si para luchar contra la gravitación de la delincuencia no es posible prescindir de la represión, y en los casos severos, de la reclusión carcelaria, una lucha eficaz reclama sustancialmente que en la medida de lo posible se luche contra las causas del fenómeno, y se procure para procesados y penados a través del sistema su reeducación y aptitud para el trabajo (o sea, lo que se ajusta al artículo 58 de la Constitución). Por ello señaló la necesidad de políticas sociales “que saquen a los muchachos de la calle” y educativas que “den a los jóvenes otros horizontes”. También, que es indispensable eliminar el fuerte hacinamiento de las cárceles, descentralizar los establecimientos y construir nuevos. Se consideró acertada su opinión de sacar las cárceles del referido ministerio, algo que hace mucho tiempo se ha señalado como necesario, y que reiteró en su excelente y amplio informe la Comisión presidida por el Dr. Armando Tomasino. También señaló entonces que la sensación de inseguridad reposaba en motivos valederos.
Pero, lamentablemente, su gestión en verdad no se ajustó a lo que de ella se esperó a estar a tales anuncios, pues más estuvo orientada a enfrentar, y normalmente hasta a descalificar, a las fuerzas políticas opositoras y sus reclamos, hasta que en fecha reciente llegó al máximo en tales actitudes, con empleo de un lenguaje soez, incompatible con la jerarquía de su cargo, que alcanzó al máximo de la impertinencia y de la falta de recato, y que hasta alcanzó a la descalificación de personas que integran el conjunto de quienes son sus compañeros en la lucha política.
Su alejamiento del Ministerio del Interior, sea como consecuencia de sugestión del presidente o espontáneamente, ha sido pues un acierto que, en verdad, debió haberse materializado antes.
La gestión al frente de dicho ministerio, es evidente, debe ser ejercida con tesón, con energía, con firmeza, pero por encima de todo con equilibrio, con ductilidad, con respeto a personas, instituciones, entidades políticas y sus integrantes, cualquiera sea su posición en el escenario nacional, de tal manera que sea normal el acceso al titular del cargo para plantear problemas e inquietudes y promover un clima de diálogo franco y amplio, sin confundir firmeza con actitudes que, en lugar de acreditarla, solo demuestran agresividad, pues como muchas veces se ha dicho “no se debe confundir carácter con mal carácter”.
El nuevo titular, en concepto de quien escribe, seguramente ajustará su gestión en función de las precitadas e indispensables actitudes para el normal cumplimiento de tareas tan importantes, particularmente en un régimen constitucional de raigambre democrática como el que rige en el país. Contará en la Dirección General con el asesoramiento de una letrada que, como ya se ha señalado en esta columna, tiene capacidad, reconocida experiencia y conocimiento de sus estructuras.
Tales los sustanciales conceptos que se entiende pertinente emitir ante el episodio analizado.