Locales | 12 Jun Un caballo y un carro de pértigo, un rancho y un criadero de cerdos proveen lo suficiente para mantener ocupado a Jesús María Ledesma Rivero. Tiene 66 años, nació en Soto y cuando tenía veintiuno llegó a la zona de Paso de los Carros porque su padre era policía y fue trasladado a Campamento. Cuando en 1979 se jubiló, fueron a vivir al puesto de “El Gaucho”, que originalmente funcionó como comercio.
Tiene seis hermanos, tres hombres y tres mujeres. Todos viven en la ciudad, excepto él. Un problema de salud lo alejó de sus actividades cotidianas y aunque recibe una pensión por invalidez, recuerda con cierta nostalgia sus años mozos. Siempre dedicado a las actividades del campo, extraña una época que lo mantuvo muy activo hasta que la caída de un caballo en una estancia de la Ruta 26 lo detuvo. Cumple sus tareas cotidianas en el entorno de su casa, porque según explica “soy un viejo pensionista. Antes uno se rebuscaba, porque ahora la cosa está muy complicada. Todo está muy caro y se pone difícil”.
Al preguntarle sobre unos cerdos que se movían de un lado a otro del corral, una sonrisa lo delata y confiesa que en breve habrá novedades. “Hay vecinos que le tienen ganas a unas ricas facturas, y tal vez para agosto nos juguemos con alguna carneada”.
“Eso no vale”, comenta una vecina, “porque él sabe muy bien que yo cumplo años en julio y recién va a matar al bicho en agosto”. El hombre sonrió pero retomó su relato y reiteró: “antes en una estancia se pasaba mejor, pero hoy la cosa está más complicada”.