Locales | 12 Jun Preferido por las familias durante el verano, refrescante y de espacios generosos para inigualables momentos de recreación, el arroyo San Francisco tiene en su recorrido varios lugares encantadores. Sin embargo, el Paso de las Piedras es uno de los más elegidos.
Siete kilómetros al norte de la ciudad, el lugar tiene una topografía suavemente ondulada, con poca vegetación y pocos árboles, porque los terrenos han visto llegar la urbanización. Se llega allí a través de un camino que sale a Ruta 3 o por avenida de Las Américas.
Los habitantes de la zona trabajan en chacras, invernáculos y huertas, pero muchos viven allí y trabajan en Paysandú. La mayoría de los hogares cuenta con servicios de energía eléctrica y agua potable.
Allí, como en otros sitios de campaña, la escuela es el referente permanente de las familias. La Nº7 de San Francisco, ubicada a unos doscientos metros del Paso de las Piedras, funciona desde mayo de 1927. Originalmente fue fundada en una propiedad de la familia Innella. El 30 de agosto de 1937 Francisco Rodríguez Nolla donó el predio donde posteriormente se levantaría el nuevo edificio escolar. El 22 de junio de 1968 fue colocada la piedra fundamental de la obra, que comenzó en 1970 y quedaría habilitada en diciembre de 1976. En febrero de 1977 un temporal arrancó sus techos y tras las reparaciones necesarias recién pudo funcionar definitivamente con los alumnos en agosto de 1977.