Profesora maria julia burgueño

Locales | 09 Jun Se cumplió anoche la sesión especial de la Junta Departamental en el día de la declaratoria de Paysandú como ciudad, en este caso destinada a homenajear la memoria del sanducero Juan Ernesto Pivel Devoto, marcó en profundidad su vocación de historiador: “fue un profesor de Historia, un maestro de la historia con todo lo que ello implica”. Así lo subrayó la profesora María Julia Burgueño, al rematar una brillante pieza oratoria sobre un coterráneo que tuvo el honor fuera su profesor en el Instituto de Profesores Artigas de Montevideo.
En sala estuvieron presentes familiares de Pivel Devoto, invitados especiales y público en general, así como el presidente Alejandro Machado invitó a acompañar desde la mesa a la secretaria general de la IDP, Helena Heinzen.
Burgueño comenzó diciendo que Pivel Devoto “no ha sido valorado en toda su dimensión, no hay una calle, una plaza, ni una escuela que (aquí en Paysandú) lleve su nombre”. Refirió al sanducero nacido el 22 de marzo de 1910 en la zona del puerto, hijo de un vasco francés, Juan Pivel, gerente de la usina eléctrica que estaba muy cerca y de una italiana, Laura Devoto, quien se autocalificó en una de las escasas entrevistas que concedió en su vida: “fui un niño sano, inquieto, travieso, arrojado, precoz, soñador, tierno y tozudo a la vez”.
“Para quienes lo conocimos esta es una definición muy clara”, dijo Burgueño subrayando lo de su tozudez. Cumplió la escuela primaria en el Colegio Don Bosco y, tras mudarse su familia a Montevideo en 1919, continuó los estudios en los Talleres Don Bosco.
Apasionado historiador
Habiendo sido un estudiante que “elegía las clases que le gustaba para asistir a ellas, así como que pasaba la mayor parte del tiempo en la biblioteca”, llegó a cursar en la Facultad de Derecho pero como oyente. En la docencia se inició en el año 1929, con la materia Historia y Constitución, en cuarto año magisterial en el Instituto “Gabriela Mistral”, así como también lo hizo en el Liceo Francés, Escuela Militar, Escuela República Argentina, Instituto “Vázquez Acevedo” y el IPA.
En su carácter de historiador empedernido le correspondió dilatada y excelente tarea como director del Museo Histórico Nacional (desde 1940 a 1982), al punto que puede decirse que “su vida la vivió allí, apuntando a la defensa y el incremento del patrimonio nacional” y además “recuperando papelería fundamental de José Batlle y Ordoñez, Luis Alberto de Herrera y Luis Batlle Berres que de otra forma se hubiera perdido”. Su actividad fue destacada en el Archivo “Artigas”, creado por ley en el año 1944, así como en las publicaciones Revista Histórica y Clásicos Uruguayos, demostrando en su “Historia de los partidos políticos” (1942) un “magistral dominio documental y objetividad histórica”.
Comenzó tempranamente la actividad pública como funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores, así como fue presidente del Sodre y luego ministro de Instrucción Pública, en 1958, así como ante pedido del presidente Julio María Sanguinetti y de Wilson Ferreira Aldunate, presidente del Codicen desde 1985 a 1990.
el hombre político
La oradora refirió también al hombre político, vinculado al Partido Nacional, que fue Pivel Devoto, comenzando con el edilato y participación en el Concejo Departamental de Montevideo en 1954 y con directa participación en los niveles de la dirigencia partidaria en años álgidos para la vida institucional del Uruguay. “En 1980 tuvo intervención directa apoyado el ‘No’ (a la reforma constitucional propuesta por la dictadura) y la proclama del 27 de noviembre de 1983 se redactó en su casa”. Allí desarrolló buena parte de su obra, con el apoyo incondicional de su esposa Alcira Ranieri, “reuniendo más de 20 mil libros en una biblioteca en la que el mismo describió: ‘convertí el baño, el dormitorio y el garaje para el coche que no tuve, en un archivo de un millón de folios y 270 ítems temáticos que este año fue adquirido por el MEC o sea que se quedó en el país, que era lo que más quería”.
Burgueño finalizó citando al profesor José P. Barrán, conceptos sin dudas compartidos por ella y la mayoría de los presentes: “siento una profunda admiración por Pivel Devoto, el más grande de los historiadores uruguayos”.