Un menor a INAU

Policiales | 14 Jun La Justicia procesó en las últimas horas a dos de los responsables de la rapiña recientemente perpetrada en perjuicio de una distribuidora céntrica. Se trata de un empleado de la empresa que facilitó datos confidenciales y un individuo poseedor de antecedentes penales, encargado de coordinar la maniobra. Asimismo, la Policía retuvo a uno de los adolescentes que a punta de cuchillo ingresó al local y se llevó alrededor de 40.000 pesos. El hecho fue aclarado luego de un paciente trabajo de investigación de la Seccional Segunda de Policía, cuyos efectivos –en colaboración con personal de otras seccionales-- efectuaron varios allanamientos en las últimas dos jornadas.
Como adelantáramos en base a información extraoficial, el pasado sábado próximo a las 16.45, dos sujetos encapuchados y con pasamontañas ingresaron al local de una distribuidora ubicada en Leandro Gómez casi Setembrino Pereda. Los sujetos, utilizando cuchillos de aproximadamente 30 y 40 centímetros de hoja, amenazaron a dos empleados (un hombre y una mujer), quienes en ese momento contaban el dinero de la recaudación. Los obligaron a tirarse al piso y mantenerse boca abajo; enseguida se dirigieron a la secretaría, desde cuyo escritorio obtuvieron 40.100 pesos, para luego darse a la fuga.
En su declaración, los empleados dijeron que los delincuentes tenían el rostro completamente oculto, medían aproximadamente 1,85 y 1,75 metros y además uno de ellos vestía ropa oscura y el restante, de color más claro.
Trabajosa investigación
Desde un principio la investigación se basó en el testimonio de uno de los empleados que estaba en el local el día de la rapiña, de 18 años e iniciales E.D.P.P. Sin embargo, el caso experimentó escasos avances y la Policía comenzó a sospechar de la veracidad de la información brindada por el testigo. El viernes, próximo a las 10.30, los investigadores accedieron a información que modificaría completamente el curso de las averiguaciones. Según supieron, Alejandro Daniel Burnes Maldonado, de 29 años, poseedor de antecedentes penales por hurto especialmente agravado (en Artigas y Paysandú), estuvo en varias oportunidades en la distribuidora damnificada y precisamente el día de la rapiña llegó al local para entrevistarse con E.D.P.P., con quien mantuvo una conversación.
La Policía citó al empleado y lo interrogó al respecto, ante lo cual optó por admitir su participación en el ilícito –según dijo-- aportando información confidencial a los delincuentes. Además, debajo de la plantilla de uno de sus championes, tenía ocultos 8.000 pesos. El misterio comenzaba a develarse.
Según se desprende de la investigación, E.D.P.P, apodado “El Toto”, era asiduo participante en las fiestas privadas que Burnes, apodado “El Gringo”, ofrecía periódicamente en su domicilio de Bulevar Artigas y Avenida Israel. Allí confluía todo tipo de personas, en su mayoría menores de edad, quienes se divertían escuchando música e ingiriendo bebidas.
Burnes, empleado en la construcción pero también afín al delito, vio en el joven empleado un vínculo perfecto para perpetrar un nuevo golpe. Así fue que valiéndose de sus artes persuasivas lo convenció de acercarle información confidencial sobre los movimientos de la distribuidora, tales como volúmenes de dinero y movimiento de personal. Finalmente, el pasado sábado, luego de coordinar telefónicamente el atraco, Burnes seleccionó para el “trabajo” a dos adolescentes de 17 años. Aunque no está confirmado, se cree que acercó en moto a uno de los menores hasta el lugar donde minutos después se produjo la rapiña.
Surge más información
Con la información aportada por el empleado y con una orden de allanamiento expedida por la Justicia, el personal de la Seccional Segunda, en colaboración con efectivos de la Primera, Radio Patrulla y Dirección de Investigaciones, inspeccionó el domicilio de Burnes, quien en todo momento negó toda vinculación con el ilícito e incluso lamentó ser objeto de sospechas. La Policía le incautó un celular y luego inspeccionó la vivienda de un familiar, quien admitió que Burnes le pidió prestado un revólver calibre .32, pero aclaró que no accedió al pedido porque necesitaba el arma para proteger su negocio.
No obstante, la Justicia dispuso que “El Gringo” permaneciese detenido mientras avanzaban las averiguaciones.
Aparece uno
de los menores
Ayer de mañana, la Policía se trasladó hasta el domicilio de uno de los menores supuestamente involucrados en la rapiña (en la zona de Costanera Sur), quien supuestamente tenía en su poder armas de fuego. Allí los responsables del sospechoso vincularon a su hijo con otro menor que horas antes había viajado a Montevideo. Además, aseguraron que ambos adolescentes acudían habitualmente al domicilio de Burnes, donde participaban de reuniones de amigos.
Un total de siete personas, entre emplazados y detenidos, comparecieron ayer en la sede judicial. En el transcurso de las declaraciones, la Policía constató que el lento avance de la investigación durante los primeros días era atribuible al accionar del empleado, quien en todo momento mantuvo a sus cómplices al tanto de los movimientos de los investigadores. Él fue quien recomendó a los menores que se deshicieran de dos celulares obtenidos en la rapiña y además, en su celular, conservaba fotografías del local, seguramente utilizadas para guiar a los delincuentes.
Asimismo, trascendió que Burnes, acorralado por los investigadores, no tuvo mejor idea que darle los 8.000 pesos al informante para que los mantuviese ocultos.
Luego de una ajetreada instancia de interrogatorios, la jueza dispuso el procesamiento con prisión de Burnes y de E.D.P.P. por el delito de rapiña especialmente agravado por la pluriparticipación, en calidad de coautores, así como el envío a dependencias de INAU en Montevideo del adolescente de 17 años como autor inimputable de un delito de rapiña especialmente agravado. El otro menor, plenamente identificado por la Policía, permanecería en la capital del país, pero los investigadores creen que no demorará en ser retenido.