Locales | 19 Jun Una invitación pendiente desde el año pasado fue la causa de la visita a Paysandú del sacerdote católico Mateo Méndez, quien durante breve lapso estuvo a cargo de una de las más difíciles reparticiones de INAU, el Instituto de Rehabilitación Juvenil (Interj).
“Compartir experiencias, contar lo que uno ha venido haciendo a lo largo de la vida y servir como un apoyo, una orientación. Esa es la motivación de venir”, explicó Méndez, quien dijo a EL TELEGRAFO que ahora está trabajando en Las Piedras, Canelones, con un proyecto que se llamará “Nueva frontera” y colaborando con la parroquia de San Isidro. Detalló que el proyecto es para adolescentes, “y se está estudiando si será más amplio, para Colón, La Paz, Las Piedras y Progreso, que es el corredor que está generando un poquito más de problemas”.
En el salón de la Cruzada de la Caridad de las Hermanas de María Auxiliadora, las salesianas, lo esperaban unas cincuenta personas, entre quienes se contaban representantes de distintas organizaciones sociales, escuelas, liceo y la Intendencia, que trabaja con los denominados “faroles”.
HAY MUCHAS ONG
Allí trabaja el Socat, que se integra con cuatro centros de educación inicial, tres escuelas, un liceo, tres policlínicas y distintas comisiones de los barrios Nuevo Paysandú Norte, Curupí, Purificación 3, Los ceibos, El roble y Las brisas, en un área muy extensa que abarca desde el río Uruguay hasta bulevar Artigas, y desde Avenida de las Américas hasta calle Batalla de las Piedras. Hasta el año pasado participaban también representantes de las seccionales 1ª, 2ª y 5ª de Policía, que tienen jurisdicción en el área.
Los demás grupos vienen reuniéndose quincenalmente desde hace cinco años, y allí no solo se coordinan actividades sino que también “se buscan solucionar problemas en base a la experiencia de cada uno”, dijo a EL TELEGRAFO una de las participantes.