Paysandú, Domingo 21 de Junio de 2009
Policiales | 21 Jun La Justicia procesó ayer a un sujeto de 25 años que el viernes por la tarde interceptó a un transeúnte en la zona céntrica, le hizo proposiciones de tipo sexual y aprovechó un descuido para hurtarle la billetera y una radio. El delincuente fue sindicado meses atrás como “el terror” del Barrio de los Jubilados por sucesivos robos.
De acuerdo a información extraoficial obtenida por EL TELEGRAFO, el viernes, próximo a las 20, una pareja se presentó en la Seccional Primera de Policía para entregar una billetera que había encontrado en la entrada de su casa.
Enseguida, un hombre compareció ante la misma dependencia asegurando que un sujeto de extraña apariencia le había hurtado varios efectos.
El damnificado –quien reconoció la billetera como de su propiedad-- dijo que caminaba por la zona de Uruguay y Luis Alberto de Herrera cuando en determinado momento, un sujeto de cabello largo –en apariencia homosexual-- lo abordó desde atrás, lo abrazó y le hizo proposiciones de corte sexual. Él declinó la invitación y se retiró del lugar, pero enseguida notó que le habían hurtado la billetera con 2.000 pesos y un pequeño receptor de radio.
Gracias a la descripción aportada por la víctima, los efectivos de la referida seccional dedujeron que se trataría de Gabriel Anchorena Silva, un joven poseedor de antecedentes penales habitual merodeador de la zona céntrica, donde en ocasiones ofrece sus servicios sexuales.
Atrapan al ladrón
Personal de la Brigada de Hurtos y Rapiñas, en colaboración con otros efectivos de la seccional, efectuaron una recorrida por la zona hasta que finalmente localizaron al sospechoso en las inmediaciones de avenida Salto y 19 de Abril.
Anchorena, quien se encontraba bebiendo, llevaba entre sus ropas 1.400 pesos y una cajilla de cigarrillos de cuya procedencia no supo dar explicaciones.
Una vez en la seccional, el detenido confesó la autoría del ilícito y relató que, en las inmediaciones de Uruguay y Luis Alberto de Herrera, se encontraba sentado en el cordón de la vereda junto un transeúnte y –aprovechando un descuido de su interlocutor-- le introdujo la mano en el bolsillo de la campera y le hurtó la billetera. Con el dinero adquirió bebidas, cigarrillos y saldó una cuenta.
Anchorena ya era conocido por la Policía. Hace algunos meses, fue identificado como “el terror” del barrio de los Jubilados –Luis Alberto de Herrera y avenida Salto--, en cuyas viviendas se introdujo en más de una oportunidad para hurtar cuanto encontraba a mano.
En una ocasión, aprovechando el descuido de la propietaria, ingresó en una vivienda y desde el refrigerador hurtó un pollo fresco, el que –según diría a la Policía-- consumió en forma de estofado.
Ayer compareció ante la Justicia y resultó nuevamente procesado con prisión por un delito de hurto especialmente agravado, por adecuar su conducta a lo establecido en los artículos 340 y 341, en calidad de autor.
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