Paysandú, Martes 23 de Junio de 2009
Locales | 21 Jun (Por Enrique Julio Sánchez, desde Estados Unidos) Esta parece ser una versión yanki del diluvio universal. Desde que comenzó la Primavera, la lluvia ha sido una no tan deseada compañera de todos los días en el norte de New Jersey. De todas formas, porque siempre hay algo con que conformarse, en otra región de Estados Unidos todo es peor, como en el centro occidental, que ha sido azotado por una serie de tormentas.
Anoche mismo, en el norte de Illinois, 67.000 usuarios aún no recuperaban el servicio de energía eléctrica que perdieron a causa de fuertes tormentas registradas el viernes. En Michigan, unos 33.600 usuarios carecían de electricidad. asimismo hubo cortes de electricidad en Iowa y en Winsconsin. La tormenta no solamente es atmosférica sino que también se desarrolla en el fondo de los bolsillos de la mayoría. Por ejemplo, el reparto de diarios, al menos en los últimos años, ha sido tradicionalmente tarea de hispanos, lo mismo que la jardinería (que aquí se denomina landscaping). Tareas que los gringos no están dispuestos a llevar adelante. Pero solamente en la última semana unos 30 gringos se han presentado para obtener rutas de periódicos, empujados por la crisis que no afloja y que obliga a todos a buscar nuevos trabajos y a tratar de reducir como se pueda los gastos. En eso estoy yo mismo. En estos días le estoy diciendo adiós al Toyota 2005. En su lugar, he comprado un Saturn 1992, una de las marcas secundarias de la GM, mucho más viejo y modesto, pero al mismo tiempo con un consumo de combustible inferior y gastos menores de mantenimiento.
Precisamente con el Saturn me pasó algo curioso y, de nuevo, una mano amiga “me sacó de los pelos”. Como no he aprobado ni siquiera un Pre K (Jardín de Infantes) en mecánica, cuando el Saturn comenzó a fallar la noche del viernes al sábado, reduciendo sensiblemente su performance, no tenía idea de que podía ser. Y el consumo de combustible se disparó en cuestión de horas. Tanto que consumió un tanque y medio en no más de 100 millas (160 kms.). Eduardo Marcovich, un entendido en mecánica de los buenos --y mejor amigo-- abrió el capot del auto y en menos de un minuto descubrió el problema. Dos cables que salen del distribuidor a los pistones estaban haciendo contacto. Eso había eliminado dos de los cuatro pistones. Así que el motor estaba funcionando a medias y en la otra mitad la nafta era consumida sin ser usada realmente. El pobre auto acaba de demostrar que es como uno mismo (viejo pero no tan malo). Con un cambio de esos cables recuperó su performance y su buen andar.
En tanto, Obama ha aparecido en todos los noticieros matando una mosca, durante una entrevista en una de las principales cadenas de televisión, lo que provocó la risa de la inmensa mayoría de la población y la airada protesta de la Sociedad Protectora de Animales que salió en defensa de los derechos a la vida del insecto. Lo que provoca más o menos el mismo efecto que el manotazo de Obama. Más risas. Lo que no llama a risa es la reforma migratoria. El presidente reafirmó el viernes su compromiso con una reforma migratoria integral, pero también recordó que debe hacerse bajo condiciones, incluidas multas, la solicitud de reingreso en el país y la exigencia de aprender inglés.
“Me comprometo a aprobar una reforma migratoria integral como presidente”, dijo Obama en la inauguración de una reunión de la asociación evangelista hispana Esperanza en Washington, frase que cosechó una gran salva de aplausos entre los asistentes.
En las últimas dos semanas, la Casa Blanca había aplazado dos veces una cita con líderes del Congreso y de la comunidad hispana para reabrir ese delicado debate migratorio. Obama definió a Estados Unidos como “una nación de leyes e inmigrantes”, dos elementos, dijo, que “no son contradictorios, sino complementarios”.
“Los estadounidenses creen en la inmigración, pero también creen que no pueden tolerar una situación en la que gente entra en Estados Unidos violando la ley, o que empresarios explotan a trabajadores indocumentados para que los salarios bajen”, advirtió acto seguido Obama.
Obviamente, la reforma migratoria no beneficiaría solamente a los hispanos, pues no somos la comunidad que tiene integrantes indocumentados aquí, sino también a asiáticos y europeos que tampoco tienen papeles.
La reforma migratoria es algo esencial, aunque esto quizás no se comprenda cabalmente en el paisito ni en el resto de los paisitos de cada uno. Pero para los que aquí estamos porque quisimos venir, el que el gobierno deje de mirar para otro lado y reconozca la presencia de nuestra comunidad es algo que ya no puede esperar más.
Washington lo sabe. Ahora es el momento de tomar acción. Pero los ambiciosos planes de reforma de los servicios de salud o energéticos han centrado la atención legislativa del gobierno de Obama, y los analistas advierten que la recesión podría jugar en contra de una reforma migratoria integral.
La cuestión es que ya no se puede esperar más. Y eso debe ser finalmente reconocido por los gringos, los que alguna vez estuvieron en nuestra piel. En la piel de un inmigrante.
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