Opiniones

Locales | 17 Jun criticar la seguridad me costó el trabajo El 29 de abril llené un formulario en el puerto de Paysandú para trabajar con la constructora Stiler. De ello EL TELEGRAFO publicó una foto en la que salí junto a unos pibes cuando estaba escribiendo el papel. A los pocos días concurro y hablo con los encargados de la obra. El capataz y la administrativa me comunican que hay orden de no enviar mi formulario a las oficinas de Montevideo. Los que trabajaron en Botnia no tienen opción, a no ser que el capataz por extrema urgencia de dicha categoría lo pida al obrero. Esta orden vino de una autoridad muy alta de la empresa, nosotros reconocemos sus dos recomendaciones de obras pasadas en Stiler, pero somos funcionarios...
Una recomendación de la misma empresa hecha en 1978 en la subestación de Salto Grande (reducción de turbinas de San Javier); la otra está estampada con el logo en colores de la empresa emplazada en el sector (7) piletas en Botnia, por calificados capataces y funcionarios que la empresa había puesto para dicha obra. Las dos recomendaciones de las prestigiosas y antiguas empresas para mí, decían “mientras estuvo aquí cumplió eficientemente y se fue por voluntad propia”.
Vuelvo al mes de inscribirme, el día 9 y el capataz dice: “‘Cura’, quedate tranquilo; cuando pueda te llamo”. Reconozco al compañero de construcciones de varios puertos en el Uruguay para Stiler, pero mi trabajo no aparece.
El caso es que hablando con compañeros en la misma situación, que con sendas recomendaciones no teníamos probabilidades de entrar a trabajar a la obra, sacamos en conclusión que los directivos dan una orden con olor a represalia por aplicar las normativas de seguridad, más con la empresa Botnia que había dispuesto respetuosamente una gran parte del presupuesto. Le digo al pueblo: tuvimos que luchar los obreros por la magnitud del peligro que veíamos cuando la íbamos construyendo.
Era de porte peligroso y funcionó, aún con ayuda de Dios. Por aplicar las normativas volvieron muchos de mis compañeros a sus seres queridos, enteros y sanos. Quizás muchos me tienen por revolucionario de obras, pero si así los directivos de Stiler lo exponen con dicha acción, u otra persona que no haya trabajado en este gremio, mientras no me jubile me convertiré en un revolucionario marciano, extraterrestre, por la vida de los trabajadores de mi ramo.
Elevaré una nota al Sunca Paysandú para que esté enterado del caso.
El “Cura” Alvez, oficial armador en hierro y hormigón.