HISTORIA: 1887

Locales | 24 Jun Casi un año después de la Batalla del Quebracho y el combate de los Palmares de Soto, donde fueron vencidas las fuerzas comandadas por el general Enrique Castro (colorado) y José M. Arredondo (blanco), se dio a conocer el hallazgo de varias espadas que indudablemente habían pertenecido a jefes del movimiento revolucionario derrotado.
En su edición del sábado 19 de marzo de 1887, en página 2, el periódico “El Paysandú” informaba:
“Uno de los peones del hacendado de este departamento Don Tomás Agesta, recorriendo el campo días pasados encontró en él una magnífica espada puño de acero, cuya hoja ha sido reconocida como legítima de Toledo. Otro peón del establecimiento de campo que el señor Don Genuario González posee en Puntas de Guarapirú, halló también la semana pasada una riquísima espada, cuya empuñadura, de plata y nácar, constituye una verdadera obra de arte”.
“Un alambrador que trabajaba en el campo del mismo señor González tropezó a su vez con una tercera espada que aún como no es tan rica como las dos primeras, indica claramente que ha pertenecido a un militar de alta graduación”.
“Es fuera de toda duda que las tres espadas a que nos venimos refiriendo hayan sido extraviadas durante las acciones del Quebracho y Palmares de Soto por alguno de los jefes u oficiales revolucionarios”.