Paysandú, Sábado 27 de Junio de 2009
Locales | 24 Jun EL ABORTO: UN ASESINATO
Durante el pasado año, se aprobó en el Parlamento y lo vetó el presidente luego, el proyecto de ley que despenaliza el aborto hasta el tercer mes de gestación. Dicho proyecto, denominado de Ley de Salud Sexual y Reproductiva, habilitaba a “toda mujer a decidir la interrupción voluntaria del embarazo durante las 12 primeras semanas de gravidez, ante situaciones de penuria económica, sociales, familiares o etarias que le impidan continuar con el mismo”. Luego de cumplido el tercer mes de gestación, proyectaba mantener vigente la normativa actual, por lo que de no haber mediado el veto presidencial, luego del tercer mes de gestación el aborto habría quedado habilitado para aquellos casos en que esté en riesgo la salud de la madre, o se verifiquen malformaciones congénitas incompatibles con la vida extrauterina. Asimismo, la iniciativa preveía la “objeción de conciencia” de los médicos que se opusieran a esta práctica.
Entre los argumentos manejados por quienes apoyan el citado proyecto, se cuentan el de la senadora del Frente Amplio, doctora Mónica Xavier, quien ha afirmado que “el aborto se ha utilizado históricamente en Uruguay como un método de ‘anticoncepción’, por lo que aspiramos ante esas situaciones a ganar en seguridad sanitaria, salvaguardar la vida de la mujer y evitarle consecuencias de salud”, sobre la base de lo cual ha entendido que “es hora de un debate con tolerancia, respeto y evidencia científica que se plasme en una nueva norma”.
Por su parte, la Asociación Uruguaya de Planificación Familiar (AUPF), se pronunció a través de Sandra Misol, coordinadora de programas de salud de dicha asociación, en defensa del derecho de libre elección de la mujer, manifestando que “la penalización no ha logrado evitar el riesgo, por lo que consideramos imprescindible el acceso de toda mujer a los sistemas de salud, para que eventuales interrupciones de los embarazos se realicen bajo las mayores garantías sanitarias”.
Finalmente, también organizaciones uruguayas que defienden el derecho al aborto se manifestaron en su momento frente al Parlamento para exigir, según expresiones de Alejandra López, coordinadora de Mujer y Salud en Uruguay (MYSU), que se debatiera en ese ámbito el proyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva.
Enfrentados a los hechos, los mismos nos permiten por un lado, reafirmar nuestra percepción respecto de la evolución de la sociedad uruguaya como tal y por otro, nos llaman a la responsabilidad de, teniendo opinión formada respecto de este tema, manifestarla claramente y con fundamento. En cuanto a lo primero, la sanción de este proyecto de despenalización del aborto por el Parlamento, reafirma nuestra convicción de que la sociedad uruguaya viene perdiendo de un tiempo a esta parte de manera progresiva y progresista, los valores y principios que han hecho de la misma, ejemplo en el pasado. En este sentido, el denominado proyecto de Salud Sexual y Reproductiva constituye un hito en el contexto de decadencia no solo ética sino moral de nuestra sociedad, la cual elevó a través del mismo hasta el nivel legislativo, su pretensión de negar el derecho a la vida, legalizando el asesinato.
En cuanto a lo segundo, entendemos que es responsabilidad de todos los ciudadanos que comparten nuestra posición, dejar en todo momento absolutamente claro y fundamentado, que la misma es a favor de la vida y contraria a toda forma de negación de la misma, máxime cuando dicha negación se asocia con el crimen. Porque no debe quedar ninguna duda de que el aborto es lisa y llanamente un crimen. Y no uno cualquiera, sino uno abominable: es asesinar con premeditación y alevosía a un ser humano, más el agravante de que el victimario conoce de antemano que la víctima ni siquiera podrá ejercer defensa alguna.
Respecto del texto del proyecto, así como de los argumentos dados por quienes lo apoyan, los mismos no resisten la más suave de las críticas. Luego de leer el texto del proyecto, el mismo nos llena de preocupación. Pretender justificar el asesinato con el argumento de atravesar una situación de “penuria económica, social o familiar”, o no tener “determinada edad”, entendemos que resulta insostenible, al tiempo que inadmisible.
En este sentido y en cuanto a las penurias que se mencionan, es obligación constitucional del Estado velar porque las mismas no sean padecidas por ciudadano alguno de la República, por lo que de modo alguno podemos legalizar el asesinato de un ser humano porque el Estado no es capaz de cumplir con sus obligaciones constitucionales. En cuanto a las “penurias etarias”, resulta una ley natural que la gestación solo es posible luego de alcanzada la madurez sexual de la mujer. Por lo tanto, legalizar el asesinato del aborto argumentando que la edad que la naturaleza ha elegido para hacer fértil a la mujer es una “penuria”, resulta un absurdo insostenible. En cuanto a los argumentos esgrimidos por quienes apoyan el proyecto, resulta insólito que una doctora, como es el caso de la senadora Xavier, manifieste que “el aborto se ha utilizado históricamente en Uruguay como un método de anticoncepción”. Si la doctora Xavier maneja al aborto como un método anticonceptivo, trasmite una idea extremadamente equivocada de lo que “anticoncepción” significa.
Y llegado este punto reafirmemos conceptos: “Anticoncepción” significa literalmente “acción y efecto de impedir la concepción”. Es decir que la anticoncepción debería haber llegado antes de que la mujer se vea enfrentada a la gestación. Por lo tanto, en el caso de la doctora Xavier, es doble responsabilidad suya como doctora y legisladora del partido de gobierno con mayorías absolutas y plenos poderes para lograrlo, ocuparse de que se transforme en política de Estado la defensa de la familia, lo cual se encuentra estrechamente vinculado con la educación de la población y, en absoluto, con el asesinato de los orientales en gestación.
Lamentablemente, los hechos demuestran claramente que el Frente Amplio nunca ha tenido en su programa de gobierno, ni en la mente de sus legisladores siquiera, absolutamente nada que tenga que ver con la familia. En cuanto a las manifestaciones de la señora Sandra Misol, resulta inconcebible que alguien perteneciente a la Asociación Uruguaya de Planificación Familiar, manifieste que sería conveniente dejar que las mujeres planifiquen libremente sus familias luego de embarazadas, a través del asesinato de sus hijos. En definitiva nos enfrentamos a un tema grave y delicado, en un contexto social de decadencia ética y moral que llega incluso al parlamento nacional, donde el mensaje que se trasmite fundamentalmente a los más jóvenes, es que ahora más que nunca podrán “juntarse”, embarazarse y luego, evadir tranquilamente el compromiso que significa formar y mantener una familia, a través de la herramienta del aborto, ante la mirada cómplice de una sociedad adulta que encuentra a través del crimen legalizado, la forma de “facilitarles” la vida y solucionar claro está, también sus propios problemas.
El proyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva va en contra de la familia, reducto fundamental en la defensa de los valores y principios que sustentan y dan identidad a la sociedad. A pesar del veto presidencial, aún hay quienes están dispuestos a insistir con la aprobación de este proyecto. Desde nuestra posición, habremos de oponernos al mismo, así como a los oscuros intereses que lo alientan.
Lic. Martín Appratto
Mathisson
DE UNA TURISTA ARGENTINA
Soy una ciudadana argentina que se dirige a ustedes con el fin de que se haga pública mi nota. Días pasados fuimos en familia a pasar un día en vuestra ciudad y llevar a nuestras hijas para que disfrutara lo bella que es y sus lugares tan lindos. Una tarde preciosa; llevaron sus bicicletas y nos dirigimos hacia la hermosa plaza Artigas y como tantos de nosotros los papás llevaríamos a nuestros hijos, nos encontramos con muchas familias con chicos en bicicletas, monopatines, triciclos, etc.
También en la plaza se reúnen jóvenes con su estilo, como tienen ustedes: su termo bajo el brazo y las facturas. Pero también se divierten, que es lo lógico y me parece muy bien.
Había unos chicos con sus patinetas y habían traído una especie de hierro que pasaban por arriba para hacer sus acrobacias. Era de merecer que los filmaran: lo hacían muy bien. Más tarde se retiraron, llevándose esa especie de hierro y quedaron algunos otros con sus patinetas.
Mi asombro fue ver que al no contar con ese elemento sacaron un tacho de residuos que estaba en la plaza y empezaron a saltar sobre él; se veía que estaba lleno de basura, que uno de ellos pateaba para adentro del tacho y saltaba nuevamente en él, casi destrozándolo.
En un momento una persona se les presentó y les dijo --por lo que se veía-- que no destrozaran y levantó el tacho y lo colocó donde estaba, en su lugar. Los chicos esperaron a que se sentara y volvieron a sacarlo y a hacer la misma “gracia” de saltarle encima. Nuevamente esta persona fue hasta donde estaban ellos y volvió a sacárselos, ante la mirada asombrada de todos los que estábamos allí. También se acercaron tres personas más a las cuales después me les acerqué y les pregunté qué había pasado. Eran familiares de un policía. Eran una señora, su esposo y el hermano de ella; estaban de civil y al ver tanto atropello se acercaron para decir que se fueran y llamarles la atención sobre que lo que estaban haciendo estaba mal.
Yo quisiera decirles a esos chicos que como turista me dio muy mala impresión ver tanto atropello a un espacio público y a esos niños que van a jugar con tranquilidad, y a sus papás que los llevan por ser un lugar tan lindo y limpio como es la plaza Artigas. Piensen que ustedes jóvenes son el ejemplo de esos niños que hoy juegan con sus bicis y sus monopatines; ellos son el semillero y deberían darles el ejemplo de bien, no eso tan feo que se vio ese domingo. Yo quisiera saber si en sus casas hacen lo mismo con el tacho de residuos. Creería que no, ¿verdad?
A la actuación de esos policías que estuvieron muy bien en acercarse, siendo que estaban libres, mis felicitaciones. Es un orgullo para los ciudadanos uruguayos tener agentes del orden con tan gran disponibilidad de defender los espacios públicos. Mis felicitaciones nuevamente.
Soy una turista que pasa quizás una vez cada tanto, y que le gusta vuestra ciudad por su tranquilidad y sus buenas costumbres, como tienen los uruguayos. (Adjuntó fotos)
A.I.
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