Opinion | 25 Jun Recientemente, Fundasol y la Fundación Crea de España iniciaron en Paysandú un programa de fomento de la creación de empresas y autoempleo, que provee de asistencia técnica y asesoramiento durante la etapa de transformación de una idea de negocio en un emprendimiento rentable.
La convocatoria superó las expectativas, puesto que se presentaron 130 personas interesadas en participar en el programa, que tenía sólo unos veinte cupos. Días después la Corporación Nacional para el Desarrollo presentó en nuestra ciudad el Sistema Nacional de Garantías (SIGA), cuyo objetivo es facilitar el acceso al crédito para las micro, pequeñas y medianas empresas del país.
Ambas iniciativas vienen a llenar un vacío en el Interior: el acceso al asesoramiento y al crédito para el autoempleo y el inicio de pequeñas empresas.
Las pequeñas y medianas empresas, muchas veces de carácter familiar, son nervio central de la economía del país en la medida que generan empleo y actividad económica. El problema es que aunque forman la mayor parte de las empresas, su mortalidad en los primeros años de vida sigue siendo alta.
Así, muchas veces se invierte tiempo y dinero en llevar adelante una idea –que puede ser muy buena— pero no se cuenta con el asesoramiento y la capacitación suficiente como para hacerlo viable. En otros casos, la limitante es el acceso al crédito. Ambas cosas, aunque fundamentalmente la primera, cuentan con mayor accesibilidad en la capital del país, donde organismos y empresas ofrecen capacitación y asesoramiento para la creación o incubación de empresas.
Sin embargo, en el Interior eso no es tan común y los nuevos empresarios y emprendedores tienen dificultades para contar con ese tipo de apoyo. Muchas veces la información de dichas instancias existe en diferentes organismos o instituciones de alcance nacional, pero no siempre esa información llega al Interior.
Podría pensarse que con colocarla en Internet alcanza, pero no siempre el empresario tiene acceso o está capacitado para el manejo de herramientas informáticas. Por eso mismo se requiere de ciertos organismos afincados en el medio local –privados y especialmente los públicos de promoción del desarrollo— un mayor protagonismo en la difusión de las posibilidades existentes, de forma tal que puedan ser efectivamente utilizadas por quienes las necesitan.