Torta fritas, canto y tejido

Locales | 29 Jun Algunos de los circuitos rurales más cercanos a la ciudad fueron porcentualmente de los que más votantes recibieron, superando la media nacional, y llegando a más del 50 por ciento del total de habilitados.
También es destacable lo que la mayoría de los integrantes de las comisiones receptoras de votos reconocieron a EL TELEGRAFO: mucha gente de esos circuitos, bastante entrada en años y hasta con problemas de locomoción, se hicieron presentes, mostrando la importancia que le dan a votar. Por ejemplo, hubo un caso en la escuela de Casa Blanca, circuito 189 de la serie KDC del 1 al 2013, donde votó una persona con 91 años y muchos de sus habilitados eran personas mayores; en el circuito vecino, el 190, otro octogenario debió ser cargado a pulso en una silla porque estaba con problemas para caminar. Algo así también pasó en el otro extremo de la ciudad: en el circuito de la serie KCC en el liceo 6 (aunque no es rural) utilizaron una silla de escritorio, con rueditas, para trasladar a otro octagenario. En el circuito 192 de la escuela granja número 25, sobre el camino a Casa Blanca, hubo un gran número de votos observados, casi la cuarta parte del total. Los ciudadanos eran en su mayoría de Guichón, pero había también de Sauce de Queguay, y Quebracho. Cabe recordar que los votos observados solo podían darse en los circuitos rurales.
Muy pocos fueron los votos observados por identidad, a estar por las consultas hechas en las mesas.
PRESIDENTE NIÑERO
En la Escuela Nº 13 de Nuevo Paysandú votaron sobre todo ciudadanos cuya edad estaba entre los 30 y 50 años -también hubo veinteañeros, pero en mucho menor cantidad- y según integrantes de una de las mesas, la gente de mayor edad tenía traslado de credencial, no eran originarios de esa zona. Aquí hubo un gesto interesante: una señora fue con sus varios hijos, incluyendo un bebé de pocos meses. Para ingresar al cuarto secreto, dejó como “niñero” al presidente de la mesa en la que le tocó votar. También aquí, donde trabajaron las tres mesas en el pasillo, la escuela dispuso que a cada mesa le dejaran una estufa, algo que les fue muy necesario.
En otra mesa de votación, se comentó que “estuvo todo muy tranquilo, hace mucho que no viene nadie”. Tan es así, que una integrante estaba tejiendo un buzo de lana de color naranja.
TORTA FRITAS PARA TODOS
Otros de los circuitos rurales más cercanos está en la entrada a la ciudad por la ruta 90, en el Radio Club y en la Escuela Nº 93. En la escuela, Blanca, la casera, ayudó a sobrellevar la jornada de los integrantes de mesa y también los delegados partidarios, y hasta los vecinos de la mesa del Radio Club: varias bandejas con torta fritas hicieron la tarde más amena entre los circunstanciales compañeros de jornada electoral.
En esta mesa rural, pegadita a la ciudad, también hubo votos observados de zonas como Guarapirú, Esperanza, Beisso, El Eucalipto y Constancia.
A la escuela también llegó un ciudadano muy feliz de votar: de traje oscuro y corbata al tono, el hombre llegó cantando, hizo un mini recital a las integrantes de la mesa y los delegados, entregó su documento y siguió cantando dentro del cuarto secreto y hasta que salió del local, feliz de ejercer el derecho al voto.