Paysandú, Lunes 06 de Julio de 2009
Locales | 05 Jul (Por Enrique Julio Sánchez, desde Estados Unidos). Alguna vez, hace mucho o poco tiempo, los inmigrantes que elegimos este país como nuestro nuevo hogar, sacamos un pasaje de ida y vuelta porque así lo determina la legislación (no se venden pasajes one
way), pero solamente usamos el de ida. Muchos otros eligieron el camino más duro de la frontera terrestre, la que cruzaron arriesgando su vida. Y otros el no menos peligroso camino del océano en frágiles embarcaciones.
Estados Unidos y su prosperidad nos llamó. Y aquí llegamos en su busca y a veces también de paz, escapando de situaciones límites en nuestros países de origen. Muchos dejaron atrás esposa e hijos a los que luego pudieron también traer a esta gran nación. Pero todos dejamos afectos, parientes, recuerdos y nostalgias. Sabíamos lo que hacíamos, y pensamos legítimamente que era el mejor camino, porque merecíamos un mejor destino y éste solamente se logra si uno mismo lucha con denuedo por transformar la realidad. Y mejorarla.
El tiempo fue pasando y aquí comenzamos a echar raíces, aunque sin dudas mantenemos no solamente lazos con nuestro suelo natal, sino especialmente lo llevamos en el alma. El país de los sueños, por diferentes razones, se ha visto envuelto de
pronto en una crisis económica que crece sin pausa y se torna cada vez más severa. En junio, se perdieron casi otro medio millón de empleos (467.000), cifra que superó las previsiones de los expertos. Y se espera que en julio el desempleo alcance el 10%.
Sin dudas, la población más sensible en medio de la crisis la constituimos los inmigrantes contemporáneos, pues carecemos de herramientas con que cuentan quienes aunque también de origen inmigrante (como es la característica en este país) tienen ya varias generaciones. Aunque cada inmigrante ponga todo su esfuerzo, aunque muchos han llegado con la intención de establecernos definitivamente, aunque esta nación nos promete libertad, paz y prosperidad, y aunque la situación en nuestros países de origen sigue siendo difícil o muy difícil, a veces se hace necesario repensar el proyecto de vida. La mayoría de los inmigrantes han estado enviando regularmente dinero a sus familias, para que tengan una vida mejor y también para que parte de las remesas se guarde, quizás para un próximo retorno.
Las estadísticas no solamente indican que las remesas están en su nivel histórico más bajo en 12 años, sino que ahora muchos inmigrantes están solicitando a sus familias que les envíen de nuevo el dinero ahorrado.
Ahora bien, aunque es obvio que las posibilidades que una familia latinoamericana pueda solventar la vida de sus miembros inmigrantes en Estados Unidos son mínimas, si es claro que quienes aquí vivimos podemos rápidamente gastarnos el dinero ahorrado durante años pagando gastos comunes (y claro, urgentes), como alquiler y otros.
Aquí es cuando quizás deberíamos repensar nuestra aventura inmigrante.
Ninguna resolución será sencilla. Muchos tienen hijos nacidos en esta nación y no parece justo sacarlos de su medio ambiente natural hacia los países de origen de sus progenitores. Pero al mismo tiempo, no parece una buena idea utilizar el dinero ahorrado con tanto esfuerzo para mantenernos un tiempo más aquí, cuando los analistas pronostican que no será sencillo salir de la crisis. ¿Qué pasará cuando utilicemos todo el dinero ahorrado? ¿Cómo seguiremos adelante en medio de la crisis, sin empleo y a las puertas de otro invierno?
No es un asunto en el que se pueda dar consejos, pues hay muchas variables que cada inmigrante o cada familia inmigrante debe considerar. Pero sí puede afirmarse que quizás, en algunos casos al menos, el retorno puede ser una opción, precisamente porque el dinero ahorrado tendrá mucho más valor allá en nuestros paisitos que aquí en la tierra de libertad, ahora enfrentando una crisis económica y financiera que no cesa, y que podría profundizarse por al menos los próximos dos años. Una vez más, como cuando decidimos emigrar, la vida nos enfrenta a una gran decisión. Bien personal. Y bien importante.
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