Dr. Daniel Belassi

Rurales | 06 Jul Los tambos de todo el país “están muy complicados al recibir la leche a un precio menor a lo que cuesta producirla”, y sin lugar a dudas el productor “es el que carga con la casi totalidad de las pérdidas, de la llamada cadena láctea, que la integra con la industria y termina con los consumidores y/o la exportación”. Así señaló a EL TELEGRAFO el presidente de la Asociación de Productores de Leche de Paysandú (APLP), doctor Daniel Belassi.
Para el también directivo de la Sociedad de Productores Holando del Uruguay, “el subsidio del Estado entregado a pequeños productores es un paliativo pero parcial e insuficiente”.
El sector reclama una mejora en el precio pagado por la industria. “Hay actualmente una bonificación del 10% en Conaprole y 5% en PILI para junio y julio, pero la consideramos insuficiente”, subrayó.
En el caso de la industria sanducera, el entrevistado precisó que los productores “reciben $ 5,10, y hasta $ 5,20 con buena calidad y sólidos”.
En cuanto a Conaprole, los componentes sólidos de la leche se ajustaron, lo cual repercutió en un leve incremento de 1% en el litro que paga la cooperativa al productor.
“El litro de leche con tenor graso de 3,88% y tenor proteico de 3,25%, se pagará $ 5,25, sin embargo, de no destrabarse la exportación de miles de toneladas a Brasil el ajuste podría quedar sin efecto”, indicó José Carlos Oronoz, director de la empresa.
Liquidez
Belassi señaló que “hay un problema de liquidez muy grande que hace difícil pagar los insumos con el cobro de la leche. Los créditos vigentes del Banco de la República y la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND) han tenido poca receptividad y no dan liquidez porque son contra presentación de boleta”. Entiende que en muchos casos, ese dinero “es lo que necesita el productor para pagar sueldos, el combustible o la UTE. El productor no quiere endeudarse cuando no vislumbra un futuro claro”.
Subrayó que la única manera de hacerle frente a esto es “descapitalizándose”. Los productores “están vendiendo sus animales y jugando al achique en inversiones directamente productivas, como son las pasturas y suplementación del ganado, que se va a pagar en un futuro pero con menor producción”.
La base forrajera actualmente en los tambos “es de verdeos, que está quedando prácticamente muy poco, y reservas como silos y fardos, además de muy escasa ración”. Acotó que “hay sorgo embolsado, pero debe ser complementado con suplementos proteicos”. En este último caso se aprecia que los productores “por no gastar están brindando una dieta desbalanceada que se está traduciendo en poca producción”.
Fideicomiso
Las gremiales lecheras trabajan en un fideicomiso, “lo que sería una herramienta financiera durante seis meses, con un fondo aproximado de 30 millones de dólares y ya cuenta con viabilidad jurídica y será presentado en el correr de la presente semana”.
Belassi sostiene que “dependemos de la buena voluntad de las industrias y estamos muy jugados a una buena primavera que revierta en parte esta realidad adversa”.
Crece remisión
Pese al cierre de algunos tambos y aunque los productores no están cubriendo los costos de producción, las remisiones de leche a la industria continúan creciendo comparadas con las del año pasado.
Salvo Ecolat, que perdió productores, en el caso de Conaprole están entre 8% y 10% por encima de las de igual fecha de 2008. Una de las explicaciones de la paradoja es que el otoño de 2009 no fue tan malo --climáticamente hablando--, como el de 2008; las preñeces de invierno y primavera hoy están respondiendo con buenos partos y tampoco el estado de las vacas es tan malo como se estimó en principio.
Pero hay otra pata de la mesa. Los tambos de la empresa neozelandesa (New Farming Sisten) acumularon muchas vacas en producción de los tambos que cerraron o bajaron sus animales en ordeñe. Es ganado en producción que antes no estaban en el mercado.
“Mientras haya tanto volumen de leche, hay pocos argumentos para pelear un aumento de precio”, aseguró a El País el presidente de la Cámara Uruguaya de Productores de Leche, Horacio Leániz. “Con este volumen creciente de leche, el gobierno está contento, la industria tiene materia prima, los empleos industriales se salvan y los productores se funden”.
Remate
Por otra parte, el panorama de precios no es promisorio. El decimotercer remate de la neozelandesa Fonterra, a través de su plataforma en Internet GlobalDairy Trady, celebrado esta semana, mostró un precio promedio para la leche en polvo de U$S 1.829 la tonelada puesto en Nueva Zelanda antes del embarque. El valor es 3% menor al registrado en la anterior subasta (el 2 de junio) y 58,4% menor al precio promedio del primer remate de julio. Los precios pasaron de U$S 1.843 la tonelada a U$S 1.806 y el volumen negociado fue de 19.000 toneladas.
Este es el tercer mes consecutivo con bajas en los valores de los contratos, revirtiéndose la tendencia alcista que se había visto en marzo. Los precios de esta última subasta son los más bajos desde que se lanzó el sistema de ventas por Internet.
El promedio para el período de los contratos de 2009 fue U$S 1.841 por tonelada.