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Paysandú, Viernes 10 de Julio de 2009

Las industrias sostienen que menos terneros afectarán nivel de actividad en próximos años

Rurales | 03 Jul Para las industrias frigoríficas de nuestro país, la caída de 20% en los índices de preñez bovina de un año al otro equivalen a la pérdida de 700.000 terneros, la tercera parte de la oferta de 2008, lo que afectará el nivel de actividades en los próximos tres años. El presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Luis Alfredo Fratti, restó dramatismo al magro resultado de preñez --59% de promedio a nivel país--, dado a conocer en Treinta y Tres por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). A su juicio, si bien es bajo, no es el desastre que se esperaba ya que estimaban rondaría el 40%. Es más, para Fratti, este resultado es “razonable” teniendo en cuenta las durísimas condiciones de sequía que aún se están enfrentando.
El presidente de INAC dejó una puerta abierta al señalar que todavía hay que esperar el resultado de los productores que dejaron los toros en los rodeos, en cuyos casos faltan los diagnósticos tardíos. “Esto no será significativo, pero se va a acercar más a los promedios históricos” que se ubican en el 63%.
El titular de INAC insistió en que “no es dramático”, ya que, si todo sigue funcionando bien y los precios son relativamente mejores, a su entender se van a acortar los ciclos productivos con excedentes de agricultura.
“El engorde a corral está aumentando muchísimo, los destetes precoces son más comunes, la recría suplementada en invierno también, por lo que se llega antes al peso de faena. Es decir, no es para festejar, pero tampoco es dramático”, aclaró a El País.
diferencias
La visión de la industria, si bien tiene puntos de contacto, es sustancialmente diferente a la de Fratti. Para el presidente de la Cámara de la Industria Frigorífica (CIF), Alberto González, los 700.000 terneros menos con lo que contará la industria pautarán la actividad en los próximos tres años.
En cuanto a la mejora del precio y el aceleramiento de los ciclos por la vía del engorde a grano, González sostuvo que esto puede ocurrir, pero sólo servirá para disimular este faltante de haciendas.
A su vez, fue enfático al señalar que la identificación de eventuales responsables de esta situación “sería una tontería”, ya que la causa fundamental fue el factor climático. Esto sin embargo, no lo inhibe de recordar que aún hay mucho por hacer en materia de un enfoque profesional de un sistema de riego para el sector ganadero. Para el presidente de la CIF no es el bajo resultado de la cría lo único que “condena” la operativa industrial de los próximos años, sino que no se debe olvidar una fuga de cerca de 120.000 terneros enteros y novillitos que se exportan en pie, fundamentalmente a mercados de Medio Oriente.
“¿Qué explicación se le puede dar a que se vayan terneros para los países árabes?”
“No pueden ser más eficientes que Uruguay produciendo carne por lo que tiene que mediar algún subsidio, para que estas personas puedan hacer un negocio a partir de un engorde menos eficiente que el nuestro”, sostuvo el industrial.
Según González, se está premiando este tipo de políticas, ya que “tenemos la incongruencia que el cuero tiene detracciones con un mercado destrozado en el mundo, pero si va en pie sale sin ningún tipo de detracción”. González aseguró que no está en contra de la exportación de ganado en pie, pero reclamó un razonamiento “medianamente lógico” para comprender que “el país está perdiendo un cúmulo de cosas que la actividad agropecuaria le deja y que no lo hace la exportación en pie, entonces pongámosle un precio”.
Sin sorpresas
El delegado de la Federación Rural en la Junta Directiva del Instituto Nacional de Carnes, Emilio Mangarelli, no se mostró sorprendido por el resultado dado a conocer por el INIA.
El médico veterinario, quien también participó en el aporte de datos que sirvió para el resultado final, reconoce que aún hay trabajo por hacer a nivel de la cría y se lo atribuye a un problema de rentabilidad.
En este punto coincide con González en la necesidad de que la actividad de la cría sea estimulada. “El criador es al último que le llegan los beneficios cuando las cosas están bien y al primero que le llegan la consecuencias negativas cuando las cosas están mal y generalmente, siempre está con iliquidez”.
Mangarelli entiende que a la cría hay que estimularla, tanto por parte de la propia cadena como del Estado. Sin ningún lugar a duda debe existir una política de estímulo, dijo, asegurando que “está en juego la base de la producción y esto no se arregla con ración”.


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