HISTORIA: 1905

Locales | 04 Jul Prosiguiendo con la descripción del establecimiento, la nota dice: “El grano, limpio ya, va a entrar siempre por medio de caños al depósito o caja cuya capacidad es de 70 a 80 fanegas, de donde, por medio de otro caño conductor es echado sobre las máquinas donde se hallan los cilindros de roturación. Estos son cuatro pares, de acero, en los cuales el trigo es molido, y empieza a darse entonces la separación de la harina, el afrecho y el afrechillo”.
“Y de los cilindros a los cernidores, todo siempre por medio de los caños antedichos, que tan pronto se dirigen hacia arriba como hacia abajo y por el interior de los cuales tanto el trigo como las harinas son conducidos por medio de aparatos idénticos a los canjilones de las norias”.
“Los cernidores, que son 14, efectúan diversas operaciones y quedan completamente separadas las harinas las que, de extraídas vuelven a otro cilindro, donde sufren cuatro operaciones distintas, siempre de selección hasta que por fin resulta un polvo blanquísimo, fino, suave, que va depositándose gradualmente, después de efectuar un pequeño viaje por medio de un tornillo (tal es el nombre de este caño), a la caja final de capacidad suficiente para almacenar todo lo elaborado en el día: esto es unas 70 a 75 bolsas en 14 horas”.
“La harina del Molino Fraschini es hoy muy apreciada por los panaderos locales, que la consideran de tan buenas condiciones como las que se elaboran en los mejores molinos del Plata”.
“Es este el mayor elogio que podemos hacer de su producción”.
“Visitamos también el departamento de purificación de la sémola y semita, en la cual funcionan dos aparatos, que por medio de ingeniosas combinaciones de telas de seda, y del viento producido por la misma máquina por medio de palas parecidas a las de un molino aéreo, se separan paulatinamente la parte liviana y la parte pesada del producto, cayendo respectivamente en 4 ó 5 reparticiones distintas”.
“La sémola como la semita que se produce es excelente”.