Locales | 05 Jul Ante un planteo realizado en la Junta Departamental por el edil nacionalista Ramón Appratto sobre eventual riesgo para la perforación termal guichonense, la Intendencia remitió al deliberativo la respuesta técnica del doctor en Geología, Jorge Montaño.
El curul sostenía que “la explotación de la perforación se está haciendo fuera de los lineamientos técnicos establecidos en su momento con riesgo de conservar sus promedios, en cuanto a capacidad de producción. El descanso necesario del pozo se redujo de un tiempo normal de 8 horas a otro promedio de 3 horas, lo que va contra una recuperación adecuada”. El geólogo señala que esa apreciación “no es correcta. El bombeo se hace a las 7 y a las 23 horas, lo cual está registrado en planilla. En los días en que no hay turistas se dio la orden de apagar la bomba antes de las 23. La bomba de filtrado se cambió porque se quemó y ahora está en funcionamiento. Esta situación no incide en la desinfección de las piscinas, ya que este proceso es mucho más complejo de lo que se manifiesta en las afirmaciones del edil”.
Luego puntualiza que “el pozo de Almirón tiene mecanismos de protección a partir de un riguroso monitoreo por el que se mide diariamente el nivel estático y dinámico antes de prender la bomba y antes de apagarla, en forma diaria. También se lleva un registro de la temperatura del agua y del caudal. Estos registros son enviados a la dirección correspondiente. En cuanto a las características del bombeo al comenzar y finalizar, el sistema tiene un mecanismo de arranque gradual con un aumento de caudal hasta alcanzar el recomendado para este pozo. Igualmente sucede cuando la bomba se apaga. Esto protege no solo al sistema de bombeo, sino también a la estructura del pozo, ya que no sufre diferencias de presión significativas”.
Montaño admite en su informe que “sí, es cierto que los sensores no funcionan y se espera la compra, la cual es inminente, pero existe la orden de apagar el bombeo cuando existe tormenta eléctrica”.
Agrega que respecto a la calidad de agua de las piscinas se realizan análisis bacteriológicos a diario para constatarla debidamente. Esta información se analiza constantemente para monitorear la eficiencia de los lavados, como parte de la fiscalización de la calidad del producto en todo el circuito, desde la compra, dilución, hasta la aplicación, logrando un ahorro y en definitiva, una mayor eficiencia en la limpieza. Además se tiene un registro de las concentraciones de cloro en función de la cantidad de gente en las piscinas. Esta información se cruza con los resultados de atención médica de posibles problemas con la calidad de agua”.
También indica que “el análisis de los resultados determinó el desarrollo de una metodología a partir de la cual se elaboró un protocolo para la limpieza de piscinas con resultados sumamente positivos, destacándose que es el primero realizado en la historia de los centros termales”.