Paysandú, Domingo 12 de Julio de 2009
Opinion | 06 Jul Ante la indiferente mirada de su gobierno, un pequeño grupo de manifestantes argentinos autoproclamandos ambientalistas cortaron el paso en el puente internacional que une las ciudades de Fray Bentos y Gualeguaychú, causando grandes pérdidas económicas tanto para la ciudad uruguaya como para nuestro país entero. En más de dos años han sido muchos quienes intentaron cruzarlo, incluso en algunos casos aduciendo problemas de salud, pero no lograron sensibilizar ni convencer a los manifestantes para que los dejaran pasar.
Pero ahora la cosa ha cambiado. Los hermanos argentinos necesitan de Uruguay. Y por eso cedieron en su capricho de impedir el libre tránsito. Ahora los asambleístas - ambientalistas piqueteros permiten el paso de sus compatriotas hacia nuestro país para adquirir en Fray Bentos todo tipo de elementos y medicamentos para combatir la gripe A, que ya no encuentran en sus farmacias.
José Pouler, integrante del grupo de piqueteros argentinos, admitió que “por el hecho de que no hay stock, muchos ciudadanos de Gualeguaychú están solicitando permiso para ir al lado uruguayo, Fray Bentos o a Mercedes a comprar los medicamentos, barbijos, lo que sea y volver. Esto es humanitario porque en realidad se está hablando en general, no tiene nada que ver con el corte-protesta contra Botnia. Si alguno engaña mala suerte. Es preferible ante la duda dejar pasar y no sentir un cargo de conciencia de que una persona por ahí precisa algo urgente y uno no le da la posibilidad de que pueda pasar”.
Claro, en el caso de los uruguayos que residen en Gualeguaychú, esto depende del humor del piquetero que a esta altura de los acontecimientos está por encima de las aduanas, los tratados internacionales y hasta del Estado argentino. “Se ha flexibilizado un poco, no mucho. Si algún uruguayo viene y trae medicamentos para un pariente seguro lo van a dejar pasar. Esto depende de la gente que está haciendo el aguante”, dijo.
La realidad en Gualeguychú es bastante alarmante porque no hay el medicamento indicado en las farmacias ni tampoco tapabocas, alcohol en gel u otros insumos específicos. El desabastecimiento en su país y el temor a la enfermedad los hizo cambiar de idea. “Piel en interés de piel”, como menciona el relato bíblico de Job. Cuando se trata de las necesidades y el sufrimiento propios, el asunto se torna diferente y los ideales pueden dejarse a un costado. Al menos ese es el accionar de los piqueteros argentinos.
¿Lo seguiremos permitiendo?
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