Nacionales | 06 Jul Los traficantes de estupefacientes siguen operando desde el interior de las cárceles del país, comandando a integrantes de sus bandas que se ocupan de realizar los contactos y negocios en el exterior. La Dirección de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas sigue de cerca este tipo de situaciones -que consideran “normales”- en operaciones coordinadas con el Ministerio del Interior.
El director de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas, Julio Guarteche, dijo a radio “El Espectador” que, aunque no le guste, es algo natural que los traficantes mantengan sus redes y contactos desde la prisión para continuar con las operaciones. Según el jerarca, los contactos habitualmente se realizan mediante teléfonos celulares a los que acceden los reclusos y también suelen dar directivas a sus cómplices a través de las visitas que reciben en la cárcel.
Guarteche indicó que no se manejan cifras de cuánto se trafica desde el interior de los centros de reclusión, aunque señaló que la Dirección de Narcóticos trabaja en forma conjunta con las autoridades carcelarias y el Ministerio del Interior para evitar estas situaciones y también se realizan investigaciones de inteligencia en el exterior.
Sostuvo que el tráfico de estupefacientes sigue siendo importante entre los países de la región, muchas veces utilizando a Uruguay como nexo. “Viene de los países de la región, por supuesto. A veces se utiliza a Uruguay para sacar la droga y a veces para el mercado interno. Nosotros tratamos de mantenernos informados, no solamente de lo que sucede en las cárceles, sino también en lo que ocurre afuera. Hacemos trabajos de inteligencia en todas las áreas para estar informados de lo que está sucediendo. Aunque no nos guste, lo vemos como una cosa natural porque sucede en todas partes del mundo, se comunica y mantienen sus redes, sus contactos y procuran siempre obtener dinero del tráfico de droga que manejan otras personas que son subordinados de ellos en el interior de las cárceles”, explicó. Añadió que se hace “de muchas maneras, a veces con la propia visita que los van a ver al interior de las cárceles, a veces también con comunicaciones telefónicas”.