INTERNAS NACIONALES

Locales | 10 Jul La mañana se presentaba muy fría, casi al punto del congelamiento. Es que el invierno comenzó haciéndose sentir. Según el relato de un integrante de mesa, en un circuito ubicado en una escuela rural de un pueblo enclavado en lo profundo del territorio sanducero, un votante salió del cuarto secreto con la lista en la mano, exhibiendo sin inhibiciones el partido que iba a votar.
El hecho ocurrió promediando la jornada del domingo 28, en oportunidad de celebrarse las elecciones internas nacionales. Tras sujetar su caballo en uno de los piques de la alambrada de entrada, saludó a cada uno de los integrantes de mesa estrechando su gélida mano, a la vez que preguntaba si podía votar. Se trataba de un aparcero vestido para la ocasión. Sombrero de ala ancha --que al caminar contra el viento se arqueaba fácilmente--, pantalón de vestir, camisa y saco. Un par de zapatos completaban la indumentaria que el hombre lucía para tan importante acontecimiento. Luego de extraer desde el interior de una bolsita de nailon su credencial cívica, con el sobre en la mano ingresó al cuarto secreto para elegir al candidato. Pero la conducta del hombre sorprendió a todos los presentes, ya que regresó con la lista en la mano y expresando a viva voz: “Ahora sí voté”. Por supuesto que rápidamente y casi al unísono, todos le dijeron: “¡No! Tiene que poner las listas dentro del sobre que le dimos recién”.
Más tarde, tras el recuento de votos, identificaron fácilmente el voto del hombre, ya que fue el único sufragio que ese partido obtuvo en la localidad.